Los observadores de la ONU han monitorizado la extracción de armas, explosivos y munición en más de 900 caletas en zonas selváticas de difícil acceso. nueva etapa en la paz de Colombia La participación de observadores España mantiene ocho observadores en la segunda misión de la ONU, que verificará el cese el fuego del ELN de Naciones Unidas en el proceso de paz de Colombia ha entrado en una nueva fase. El pasado 5 de octubre, el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad la Resolución 2381 por la que se modifica el mandato de la misión política que ha estado desplegada sobre el terreno durante un año para verificar la desmovilización y desarme de la guerrilla de las FARC. En esta nueva etapa los observadores internacionales vigilarán el cumplimiento de los acuerdos para la reincorporación de los excombatientes de dicho grupo armado. Además, 70 de ellos se han integrado en el llamado Mecanismo de Veeduría y Verificación del alto el fuego acordado entre el Gobierno y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla del país, con unos 2.000 combatientes. El 3 de octubre, se realizó la trasferencia de autoridad a las nuevas tareas, en las que España colabora con ocho observadores. BALANCE DE MNUC Tras la firma del acuerdo de paz con las FARC, el 26 de septiembre de 2016, se articuló un mecanismo tripartito de monitorización y verificación, en el que han trabajado juntos el personal de Naciones Unidas, miembros del gobierno de Colombia y representantes de los guerrilleros. La ONU desplegó 450 observadores internacionales —18 de ellos españoles— en una sede nacional, nueve sedes regionales y 26 sedes locales, distribuidas a lo largo de todo el país. Una vez incorporados los primeros observadores a la sede nacional de Bogotá, en diciembre de 2016 comenzó el despliegue en las sedes locales, muchas de ellas en lugares de difícil acceso. «Para los observadores sobre el terreno la misión ha sido dura, pues las condiciones logísticas son muy limitadas en un país con unas características geográficas extremas», señala el jefe del equipo español, coronel Alejandro Rubiella. En su opinión, el proceso de paz ha sido «un éxito», ya que «ha conseguido sus objetivos en un plazo de tiempo relativamente corto, con muy pocos incidentes». El abandono y la entrega de las armas de la guerrilla se ha llevado a cabo a través de un proceso de concentración en las denominadas «zonas veredales transitorias de normalización» en las que se han 28 Revista Española de Defensa Noviembre 2017
REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 344
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