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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 919

DON SEBASTIÁN DE ESLAVA Y LAZAGA. MARQUÉS DE LA REAL DEFENSA. UN HÉROE HURTADO REVISTA EJÉRCITO • N. 919 NOVIEMBRE • 2017  109  una bombarda que bombardearon la ciudad. Lezo despliega sus naves utilizando de forma magistral la artillería de sus navíos obligando a Vernon a retirase por segunda vez. Lezo había vuelto a salvar a Cartagena de Indias. 1741, ESLAVA, EL HÉROE HURTADO EN CARTAGENA DE INDIAS En enero de 1740 embarca Eslava en el puerto de Cádiz hacia su nuevo destino. Lleva consigo, a bordo de los navíos San Carlos y Galicia, a 1.308 hombres pertenecientes a los segundos batallones de los regimientos de España, Granada y Aragón17. Tras burlar el cerco de la Armada inglesa arriba a Cartagena el 21 de abril de 1740. Un mes después tuvo lugar el segundo ataque de los ingleses. La situación en la que el nuevo virrey encuentra la ciudad no duda en calificarla de desastrosa sin ningún estado de defensa y sin tropa ni para cubrir los puestos de centinela. No era el único que así opinaba. Unos meses antes que don Sebastián llegó a la ciudad el gobernador don Pedro Fidalgo18. Sobre el lamentable estado en la que estaba la defensa de la ciudad no pudo ser más claro: me hallo sonrojado de haber encontrado una Plaza tan importante tan abandonada. Aún antes de que llegaran Vernon y su Armada, don Blas de Lezo —hombre avezado en la mar y acostumbrado a dirigir sus navíos desde una autoridad indiscutible— se vio obligado a poner pie a tierra, y enviar buena parte de sus hombres y los cañones de sus barcos a cubrir puestos en la muralla, porque no había con qué hacerlo. Lezo rivalizó enseguida con el virrey Eslava, con el gobernador, con los jefes de los batallones de infantería y… creyendo sin duda estos caballeros terrestres que los de nuestra profesión sólo saben manejar los navíos, pero la experiencia, aunque no lo confiesen, les habrá desengañado de que en este Cuerpo hay hombres para todo, escribía el almirante…19 Eslava sabe que la flota inglesa había partido de sus bases en Jamaica para el ataque definitivo. La amenaza británica era una realidad. A una flota compuesta por 186 barcos se le sumaba una fuerza de desembarco compuesta por 11.000 soldados al mando del general Wentworth. Completaban la cifra los 12.600 marineros embarcados. Sin embargo, las defensas de Cartagena se encontraban en pésimo estado por lo que el primer objetivo del virrey Eslava fueron las tareas de fortificación de la plaza para lo cual cuenta con la eficaz colaboración del coronel de ingenieros Desnaux. Lamentablemente, y casi por encima de la heroica victoria de las Armas españolas sobre los ingleses, lo que parece perdurar hasta la actualidad es la rivalidad entre Eslava y Lezo, en la que a día de hoy parece ser el primero el que lleva la peor parte. La justa campaña de reivindicación de la figura de don Blas de Lezo no siempre se está haciendo desde el mayor rigor histórico pareciendo, no en pocas ocasiones, que venció no sólo a los ingleses sino a la ineptitud, incapacidad y cobardía de don Sebastián de Eslava. Pese a que ambos tenían el empleo de teniente general, Eslava de los Reales Ejércitos y Lezo de la Real Armada, la mayor antigüedad del marino, tan importante en el status militar de la época, no era más que un insignificante detalle ante la autoridad real que había sido depositada por el Rey en Eslava. Don Sebastian, en su condición de virrey, asume responsabilidades militares que Lezo cree de competencia exclusivamente suyas, a lo que sumamos que sea un «caballero terrestre», más Don Blas de Lezo. Óleo del Museo Naval de Madrid


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