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EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL 919

moderno en el empleo, el que asuma el mando de las operaciones al frente de las tropas de tierra y mar. El enfrentamiento es inevitable. Muestra del enfrentamiento es el informe que Eslava envía por vía reservada el 1  de junio de  1741 al secretario de Indias don José Quintana20 y que es minuciosamente estudiado por el profesor Juan Marchena21 en su obra Soldados del Rey. Las intromisiones de Lezo en las decisiones de Eslava, sus continuas desavenencias, incluso hasta el punto de dejarlo en ridículo delante de sus oficiales,22 hacen que el virrey termine ignorando cualquier propuesta procedente de Lezo, quien acabará solicitándole su relevo en el mando, petición a la que Eslava accederá. Las continuas muestras de insubordinación hacia su persona, justificará el cese de Lezo en el mando y un informe remitido por Eslava por el que Lezo fuera llamado a dar explicaciones en Madrid. Blas de Lezo escribió un diario con su versión de lo acontecido. El documento, burlando todos los controles, fue llevado al marqués de Villarías, ministro de Estado en el mismo barco en el que viajaba su expediente oficial. En su escrito personal alegaba que a Eslava no le obedecía nadie, que nunca se arrimó al fuego, y que sólo la tropa de marina salvó el honor porque la infantería tuvo un comportamiento pésimo. 23 En honor a la verdad hay que decir que, una vez desartillados los buques y emplazados sus cañones en tierra los marinos, sin duda bien entrenados por su almirante, jugaron un importante papel como artilleros, causando importantes daños a los navíos enemigos. Reconocido esto solo podemos considerar, cuanto menos, una exageración lo mantenido por don Blas. Sin embargo, despreciar el heroico comportamiento de los infantes de los regimientos de España, Aragón y Fijo de la plaza, y la magnífica actuación de los ingenieros no parece justo. Con un mínimo estudio de lo ocurrido no parece muy sostenible la versión de Lezo. Hasta los mayores detractores de Eslava le atribuyen un valor temerario, encontrándose frecuentemente en primera línea. En el archivo del marqués de Eslava se conserva una carta24 del secretario de Guerra don José del Campillo y Cossío en la que comunica, siguiendo la recomendación de Eslava, que … su S.M. ha resuelto suspender de todo mando al referido D. Blas de Lezo. 110  REVISTA EJÉRCITO • N. 919 NOVIEMBRE • 2017 Murallas del castillo de san Felipe de Barajas, en Cartagena de Indias, donde se estrellaron todos los ataques ingleses Por carta del 5  de septiembre José de la Quintana felicita a Eslava dándole la enhorabuena, en nombre del rey, por haber abatido el orgullo de la nación inglesa y, en atención al mérito contraído en la defensa de Cartagena de Indias, el 15 de octubre de 1741 se le dio título de capitán general25. El sueño del virreinato del Perú, que Eslava anhelaba, parece estar al alcance de su mano. Sin embargo, con el relevo de Quintana por José Campillo y Cossío, la suerte del virrey sufre un importante revés viendo cómo se alejaban sus aspiraciones al virreinato del Perú. Campillo, el nuevo secretario de Guerra, Marina e Indias es hombre muy próximo a la Armada, en cuyas filas comenzó como oficial de contaduría, llegando a ser comisario de Marina. De ser cierto lo afirmado por los profesores Kuethe y Marchena26, el enfrentamiento de Eslava con Lezo le trajo el de toda la Marina y no pocos enemigos en la corte. La victoria española en la defensa de Cartagena de Indias es la suma de la genialidad, heroísmo y valentía de nuestros Ejércitos, de sus oficiales y sobre todo de su tropa. La gesta tiene como protagonistas indiscutibles a los infantes de los regimientos España y Aragón, a las unidades de milicias, a las de los pardos, a los indios del interior, a los marinos, a los artilleros de la Armada, a los infantes de marina, sin olvidar a los civiles del virreinato. En ella sin duda


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