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TEMAS GENERALES vivir, y les denegaba tanto el apoyo de fuego naval, por temor a que sus buques entraran en el alcance de los certeros artilleros españoles, como la participación de la gente de mar en los combates terrestres, en el fundado convencimiento de que desertarían a la menor oportunidad. Fue apodado despectivamente por sus hombres Old Grog porque usaba una capa impermeable de moaré barato llamado grogram, de la que surgió el nombre dado a la bebida que él mismo ideó, el Grog, resultante de rebajar el ron con agua tibia y zumo de lima o limón en un inútil intento de evitar que sus desmotivados hombres entraran en combate borrachos o groguis (es el origen de este tér-mino). Tampoco sale bien parado el general Wentworth, al mando de las tropas terrestres tras la muerte natural del general Cathcart, de quien Smollet dice: «y el general, aunque tenía algún talento, era totalmente defectuoso en cuanto a experiencia, confianza y resolución». En conjunto, sobre la manera de llevar a cabo las operaciones, critica: «Es una triste verdad, que, sin embargo, debe ser mencionada, que unos bajos, ridículos y perniciosos celos subsistieron entre los oficiales de tierra y los de mar durante toda esta expedición; y que sus respectivos jefes eran tan débiles o malvados como para aprovechar todas las oportunidades de estorbar y manifestar su desprecio el uno por el otro en un momento en que las vidas de tantos valientes compañeros estaban en juego y en que el interés y el honor de su país exigía el máximo celo y unanimidad. En lugar de condescender y cooperar vigorosa y cordialmente, comenzaron a celebrar consejos de guerra por separado, manifestaron amargas protestas y se enviaron mensajes irritantes entre sí; y mientras cada uno de ellos se esforzaba por hacer apenas lo que le evitara la censura de un tribunal, no parecía disgustado por el descuido de su colega; más bien al contrario, ambos estaban aparentemente contentos con abortar la expedición, en la esperanza de poder estigmatizar al otro con la infamia y la desgracia». Pero Smollet, que para evitar represalias tuvo que escribir su historia disfrazándola de ficción con nombres imaginarios (3), narrador cáustico y sincero en sus crudos relatos sobre la batalla, implacable con el vicealmirante, de ávidas aspiraciones políticas, era una excepción. Los demás cronistas ensalzaron al «glorioso» Vernon de manera desmedida, vertiendo continuas y redundantes descalificaciones contra todo el que no fuera inglés. No escatimaron comentarios despectivos sobre la poca profesionalidad y cobardía de los franceses o la holgazanería y baja catadura de los españoles, de quienes decían que estaban siempre borrachos y que salían corriendo al primer cañonazo de los navíos ingleses. Ni siquiera son condescendientes con sus aliados, los (3) Las aventuras de Roderick Random (1748) ofrece una visión descarnada de la vida en los buques de la Marina británica, destacando el vicio y la brutalidad de una forma realista, aunque de manera satírica para suavizar la denuncia, e incluye el relato del ataque a Cartagena de Indias. 2017 675


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