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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 345

A. C. C. Tierraquemada Museo del Ejército Museo del Ejército Ayto. Turismo Soria Museo del Prado Museo del Ejército Relieve sobre el asedio. Vista de la exposición Numancia y el Arte. Puñal biglobular con vaina, procedente de la necrópolis celtíbera situada en Soria. Espada recta tipo de La Tène, también vestigio de la antigua ciudad. Fragmento de cerámica encontrado en el yacimiento, del que se ve una imagen a la derecha. el museo procedentes de los propios vestigios celtíberos. Por ejemplo, unas cenizas llegadas a la colección de Ingenieros en 1883. También se da cuenta de la donación de carbones, cenizas y fragmentos de cerámicas, así como de una moneda romana. Legados recibidos entre los años 1914 y 1915. Junto a éstas, la institución conserva, además, la «espada recta tipo La Tène», hallada en la tumba 61 de la necrópolis numantina, según se explica en su expediente, que la data en el siglo II a. C. No sabemos si tal arma fue empuñada contra los ejércitos romanos, en los que se incluían soldados mercenarios y hombres de otras ciudades peninsulares. Pero tiempo hubo, ya que el enfrentamiento entre numantinos y el futuro imperio se prolongó durante dos décadas y este último no siempre salió vencedor. LUCHA Y ASEDIO De hecho, Escipión, distinguido general y hombre destacado en la lucha con Cartago, fue elegido por el Senado romano tras infructuosos intentos de someter a la ciudad numantina. La citada conquista formaba parte del objetivo que se había impuesto Roma después de salir vencedora frente al imperio cartaginés en la II Guerra Púnica (218-201 a. C.) y que no era otro que el control por el mar Mediterráneo. Fue precisamente ese conflicto el que llevó por primera vez a la península Ibérica tropas romanas que, desde el litoral hacia adentro, irán buscando acrecentar sus dominios hasta configurar la futura provincia de Hispania. Será entonces cuando se desaten las Guerras Celtíberas, en las que Numancia será protagonista, de manera que parte del conflicto se conocerá como «Guerra Numantina». Al final, entre 50.000 y 60.000 hombres vencerán a unos 4.000 varones curtidos en la lucha, además de mujeres, niños y no combatientes. Agotadas las fuerzas y ante la inevitable derrota, se buscó un pacto, pero dadas las inflexibles condiciones del general romano, fueron muchos los supervivientes que prefirieron la muerte a terminar como esclavos. Así lo cuenta en su crónica Apiano Alejandrino, quien recibe la información de Polibio, hombre de Escipión y testigo de lo acaecido. El territorio numantino fue repartido entre las poblaciones locales que apoyaron la causa romana. Castigo a una rebeldía que, sin embargo, se ganó las simpatías del futuro imperio. Ellos comenzaron a honrar dicha resistencia, legado ahora recordado a través de la agenda antes citada y que ha incluido numerosas iniciativas, como la parada militar del 23 de septiembre en Garray, que también contó con el concurso de dos F-18 y la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire. Además, aún está abierta hasta el 10 de diciembre la exposición Numancia y el arte. El mismo día se despide la muestra La indumentaria celtíbera en las cerámicas numantinas. El 30, dirá adiós Schulten y el descubrimiento de Numancia, exposición con más de 700 piezas venidas de Alemania que evoca los trabajos sobre el terreno de Schulten, principal investigador de la Historia Antigua Peninsular. Cerrará el año la muestra Soria y Numancia y, hasta el 8 de enero, una legión de incombustibles clicks recordará a los héroes numantinos. Quienes no lleguen a tiempo a la celebración de este 2.150 aniversario, siempre pueden visitar el Museo Numantino, y el yacimiento arqueológico, ubicado en la vecina Garray. Esther P. Martínez Diciembre 2017 Revista Española de Defensa 57


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