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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 122

LA ACADEMIA GENERAL MILITAR 1927-1931: Segunda fundación 25 rales de cortesía» (Art. 3). Esta relación de mando había sido establecida por la ROC. de 2 de febrero de 1928, con objeto solventar los problemas generados por la doble dependencia de la Academia General Militar; pues, al suprimirse el Estado Mayor Central y la Subsecretaría del Ministerio de la Guerra (RD. de 14 de diciembre de 1925), los establecimientos de enseñanza militar dependían de la Dirección General de Instrucción y Administración y de la Dirección General de Preparación de Campaña, creadas en su lugar. La primera se ocupaba de los asuntos relativos a enseñanza y régimen interior de las academias y, la segunda, de la elaboración de los planes y programas para ingreso, enseñanza y prácticas. La interrelación de estos temas y el celo corporativo provocaban constantes incidentes que, en el caso de un centro de enseñanza general, se agravan. Al mismo tiempo, esta simplificación funcional satisfacía, en parte, la inexcusable necesidad de un órgano de dirección y coordinación de la enseñanza militar en el Ejército, que ya expresara Almirante23 medio siglo atrás. El régimen interior de la academia de Zaragoza presentaba algunas novedades respecto al que era habitual en los otros centros de enseñanza. El RD. de 20 de febrero de 1927, Art. Primero, Base doce, establecía que «Todos los Alumnos de la Academia General serán forzosamente internos y estarán sometidos a un régimen esencialmente militar…». A su vez, el Reglamento de Régimen Interior desarrollaba con mayor detalle este precepto y precisaba: «La vida de los cadetes en el interior de las compañías será lo más aproximada a lo que el reglamento para el régimen interior de los cuerpos señala para los soldados de las unidades armadas» (Art. 97). Esta decisión respondía al criterio unánime de la comisión organizadora que consideraba el internado estricto como la opción más conveniente para desarrollar la idea educativa que perseguía la creación de esta academia. El coronel Campins dedicó varias páginas de su libro a justificar la necesidad del internado en una academia militar que tenga asignada la tarea de educación. Fortalecía sus argumentos con los ecos del debate, siempre interesado, entre los partidarios del internado y del externado y apunta: De no existir el internado, los alumnos de esos centros van a parar a la «casa de huéspedes» con todos sus inconvenientes, desorden, juego, mala alimentación, poco aire y luz en la edad en que más lo necesitan, hasta los amancebamientos que tantos disgustos y tantas carreras han torcido24. 23  ALMIRANTE, José: Op. Cit., p. 683. 24  CAMPINS AURA, Miguel: Op. Cit., p. 55. Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 25-60. ISSN: 0482-5748


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