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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 122

NOTAS PARA UN ESTUDIO SOBRE LA LAUREADA Y LA MEDALLA… 85 La prensa, como decimos, pedía insistentemente la laureada para los defensores de la Universitaria, así Juan Deportista en ABC con una crónica intitulada Caballeros de San Fernando: “¡Y qué día aquel en que él Ríos Capapé y todos los que le secundaron en el infranqueable recinto luzcan en las bocamangas la laureada de San Fernando!”(ABC, edición de Sevilla, desde la misma Ciudad Universitaria el 12 de agosto del 1937, “II Año Triunfal”). Para esas fechas, el expediente de juicio contradictorio para la concesión de la laureada ya estaba abierto; en realidad, se abrió en julio de ese año, otra demostración de la importancia que se daba a la recompensa, pues en esas fechas se estaba combatiendo en la dura batalla de Brunete, lo que no fue óbice para que el Cuartel General del Generalísimo dictara una orden animando a impulsar el proyecto. En realidad fue el teniente coronel Ríos Capapé quien promovió parte en 25 de marzo de 1937 al general jefe de la División reforzada de Madrid para iniciar los trámites conducentes a otorgar la laureada a la guarnición ‘que combate en la Ciudad Universitaria, exponiendo las vicisitudes, espíritu de sacrificio y heroísmo derrochado por ella, especialmente en los dos meses anteriores a la fecha del parte de 25 de marzo, en que los ataques enemigos han sido más violentos, intentando en todos romper el cerco que les aprisiona, ataques combinados con una serie de voladuras en los edificios y trincheras del sector, y siempre rechazados por las tropas que ocupan las posiciones’. Las interesantes deposiciones de los declarantes (Uzquiano, jefe de Estado Mayor del Cuerpo de Ejército; general Iruretagoyena y comandante Carlos Calvo Molleda como general y jefe de Estado Mayor de la 1ª División de Madrid, respectivamente; Fernández Prieto, jefe del batallón de Toledo, de guarnición en la cuña...) no hacen sino resaltar el heroísmo de estas tropas y el ánimo de su jefe, con párrafos tan literarios como éste: “Toda la guarnición, como un solo hombre y con un heroísmo sin límites, responde siempre sin vacilación ni titubeos. La Infantería, en sus trincheras, rechazando violentamente los ataques enemigos; los Zapadores trabajando día y noche en las fortificaciones y en las contraminas, bajo el intenso fuego enemigo; los Artilleros al pie siempre de sus cañones, atentos a las órdenes para ejecutarlas siempre rápidamente en apoyo de sus hermanos los infantes; el Equipo Quirúrgico desvelándose por atender a los heridos y operando de día y de noche... y así todos sin distinción alguna”. Es de destacar, también, que en las diligencias se observa un número muy elevado de declaraciones espontáneas, es decir, testimonios de oficiales que, sin tener porqué pero enterados de la apertura del juicio contradictorio, buscaron por todos los medios comparecer ante el juez instructor (coronel de Infantería don Octavio Aláez Esténs) y declarar lo que conocían de primera mano para probar las muchas Revista de Historia Militar, 122 (2017), pp. 85-96. ISSN: 0482-5748


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