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misiones internacionales El general de ejército Fernando Alejandre, acompañado del subsecretario de Defensa, Arturo Romaní, se dirige a las tropas en la base turca de Incirlik. El JEMAD, en Turquía e Irak El general de ejército Fernando Alejandre (JEMAD), acompañado por el subsecretario de Defensa, Arturo Romaní, viajó a Turquia e Irak para acompañar a los militares en las fiestas navideñas y transmitirles el saludo y el agradecimiento del Rey, la ministra de Defensa y las Fuerzas Armadas. El 19 de diciembre visitó al VI contingente español Patriot, que se encuentra desplegado en la base aérea de Incirlik, en la localidad turca de Adana, en el marco de la operación Apoyo a Turquía de la OTAN. El jefe del contingente, teniente coronel José Alberto Muñoz Martínez, presentó a las autoridades la situación de la operación y, tras realizarse una foto de grupo, el JEMAD dirigió unas palabras a todo el personal del contingente, en las que resaltó «la pasión y motivación» con que realizan su trabajo. Finalmente, les felicitó la Navidad y el Año Nuevo, recordando que el nacimiento del Niño Jesús se produjo en un lugar muy próximo al asentamiento del contingente. Esa misma tarde, el JEMAD llegó a Bagdad, y de allí a bordo de un helicóptero Black Hawk partió hacia la base española Gran Capitán, donde le recibió el jefe del contingente en Irak, el general Cepeda. Al día siguiente, la comitiva se desplazó al campo de adiestramiento de Besmayah para comprobar en primera persona las labores de los adiestradores de la Legión y los componentes del GAR (Grupo de Acción Rápida) de la Guardia Civil que instruyen a las fuerzas de seguridad iraquíes. El contingente español desplegado en Besmayah desde 2015 ha instruido a más de 14.000 soldados y 7.000 policías iraquíes, muchos de los cuales han participado en primera línea en las operaciones que se han desarrollado contra el Daesh. El general Alejandre pudo contemplar el entrenamiento que seguían cerca de 1.000 soldados iraquíes y que, después de ocho semanas de formación, se encuentraban ya en disposición de incorporarse a las zonas donde se lucha contra los últimos efectivos del grupo terrorista. De regreso a la base, el JEMAD también pudo comprobar las mejoras que se han llevado a cabo en las instalaciones durante los últimos meses y que han supuesto un avance en la seguridad y en las condiciones de vida. A continuación, tuvo lugar un almuerzo con todo el personal del contingente. Redacción EMAD Tras su alocución, la ministra salió de la base para conocer dos de las posiciones que controlan los efectivos del batallón español, situadas a unos diez kilómetros. En el trayecto, cerca de la localidad de Khiam, la caravana de vehículos blindados pasó junto al monumento que, al borde de la carretera, recuerda a los seis militares españoles que murieron en 2007 tras un ataque con artefacto explosivo improvisado (IED). Tres días antes, en ese punto se había rezado un responso por sus almas oficiado por el arzobispo castrense, Juan del Río, quien realizó una visita pastoral el contingente y presidió la tradicional Misa del Gallo en la base Miguel de Cervantes. Después de realizar una breve parada en La curva del francés, desde donde se contempla un extraordinario panorama del valle del Jordán, la ministra de Defensa llegó a la emblemática posición 4-28, en la que se encuentran 78 soldados y donde en enero de 2015 murió el cabo Francisco Javier Soria por el impacto de un proyectil israelí. En este punto, Cospedal fue recibida por el teniente coronel Paúl Escolano, jefe del batallón español, del que también forman parte efectivos de Serbia y de El Salvador. «Estamos en el corazón de la misión. Aquí, en este puesto, no se para un solo momento», aseguró el oficial antes de señalar a la ministra los tres puntos más sensibles de la zona de operaciones española: la aldea de Ghajjar, Kafer Kela y el río Wazzani, lugares donde se registra el mayor número de incidentes entre las fuerzas israelíes y la guerrilla chií libanesa. «Disponemos de 30 pelotones que patrullan en vehículos y a pie, establecen check points y puntos de observación. Cada patrulla se compone de ocho soldados y dos vehículos LMV Lince, bajo el mando de un sargento», explicó el teniente coronel, quien también mostró a la ministra los dos búnkeres subterráneos que se han construido para alojar a toda la compañía en caso de ataque, aprovisionados con víveres para tres días. Posteriormente, la comitiva se dirigió a otra de las posiciones en la Línea Azul, la 9-64, en la que hay 65 efectivos españoles. Al filo del mediodía, Cospe- 14 Revista Española de Defensa Enero 2018


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