Page 20

RGM DICIEMBRE 2017

Las ilusorias peticiones TEMAS GENERALES ¿Cuáles eran las fuerzas navales de España en 1922? El rotativo El Globo transcribía su composición: la Escuadra de Instrucción y de Operaciones la integrarían tres acorazados, un crucero protegido de segunda clase, siete cañoneros de primera clase, un contratorpedero, la lancha Cartagenera y seis gasolineras. El resto de los barcos quedarían agrupados en la División de Instrucción; buques para comisiones en las posesiones de África, Canarias, baleares y servicios de aguas jurisdiccionales; División de Instrucción de submarinos; División Naval de Aeronáutica y servicios Especiales. La Correspondencia de España resumía el estado de las fuerzas navales españolas: «solo contamos hoy día con tres acorazados de combate, uno de ellos aún incompleto; los submarinos, las fuerzas sutiles modernas y los buques auxiliares, poder este que, por muy profano que se sea, no deja de comprenderse que es insuficiente para hacer frente a ninguna marina extranjera» (2). El capitán de corbeta Luis Rodríguez Pascual opinaba que nuestros tres acorazados adolecían de escaso andar y eran un poco anticuados, pero «no tenemos otros y es necesario sacar de ellos todo el partido posible». Además, unidos a los destructores y al crucero Victoria Eugenia, formarán la escuadra (3). un tono optimista, especialmente para el futuro, inspiraba al periodista que desde el rotativo El Sol escribía: «Nunca hemos prestado a la Armada la atención que en estos últimos años. Desde la Ley de Escuadra de 1909, en mayor o menor escala, siempre se han ido construyendo barcos». Dos importantes problemas apuntaba: la orientación defensiva de las unidades en construcción, fundamentalmente cruceros y submarinos, y la excesiva dependencia de modelos foráneos, especialmente británicos (4). Trasladar a los astilleros españoles el modelo británico clase E supuso que la artillería de los cruceros de la clase Príncipe Alfonso estuviera defendida por manteletes, más vulnerables, y no por torres cerradas. Era el inevitable peaje pagado por la dependencia de la sociedad Española de Construcción Naval para las construcciones navales militares. En cuanto al análisis que se hacía de la evolución histórica de la Armada, reinaba el pesimismo. un periodista, que escribía con el seudónimo Juan de la Cosa, afirmaba que «España nunca tuvo la Marina militar que necesitaba» (5). similar idea se plasmaba unos meses antes en La Correspondencia de España: «... pues ha ido desde Trafalgar acá a la zaga de todas las Marinas, no (2) MARTEMAR: «Los navíos de Marte. urge aumentar nuestra escuadra», La Correspondencia de España, 10 de mayo de 1922, p. 1. (3) «¿Escuadra?», en Nuestro Tiempo, número 283, julio de 1922, p. 83. (4) COsA, Juan de la: «Asuntos Navales. Debemos continuar», El Sol, 24 de febrero de 1923, y «Cuestiones Navales», El Sol, 24 de agosto de 1923. (5) COsA, Juan de la: «En derredor de Wáshington», El Sol, 31 de diciembre de 1922. 2017 859


RGM DICIEMBRE 2017
To see the actual publication please follow the link above