Page 54

RGM DICIEMBRE 2017

RUMBO A LA VIDA MARINA En los anfibios sin cola (ranas, sapos) la capacidad de regeneración puede calificarse de prodigiosa. A la izquierda, rana con tres ojos operativos, uno de ellos injertado en fase de renacuajo (según ALvARADO, s., 1950: Biología General). A la derecha, salamandrita colilarga (foto del autor), un anfibio gallego con cola (urodelos) que se desprende y regenera fácilmente. humano (y en las «humanas») no es la parte perdida la que se regenera, sino que es el hígado entero el que crece y recupera el espacio perdido. En los anfibios sin cola o anuros, ranas, sapos, la capacidad regenerativa se mantiene solo en sus larvas o renacuajos, todos ellos acuáticos y, como hemos dicho en otras ocasiones, hijos del agua dulce, hijos pródigos de la mar, anulándose totalmente en el adulto terrestre, como si el alejamiento de la mar, el abandono de la cuna de todos, tuviese que pagar el alto precio de perder la capacidad de regenerarse. Pero en la fase larvaria esa facultad es tan poderosa que experimentalmente (Giard: 1896) se le ha injertado a un renacuajo una pata suplementaria o un ojo de otro renacuajo, y cuando abandonan el agua metamorfoseado en rana adulta (con tres ojos) el ojo injertado es totalmente operativo, es decir, que ven por él con la misma calidad de imagen que la de sus dos ojos propios. sin embargo, en los anfibios con cola o urodelos (salamandras, tritones) la capacidad regenerativa es muy superior a la citada de los anuros. La gallega salamandrita colilarga (Chioglossa lusitanica) automutila y regenera su cola con la facilidad que lo hace la lagartija con la suya. Otra salamandra, el ajolote, es capaz de regenerar trozos de su corazón. Otras lo hacen con un ojo que se les ha amputado experimentalmente y recuperan en el nuevo la total visión. También en estos anfibios se han hecho múltiples experimentos para crear «quimeras», es decir, conseguir en laboratorio animales que son mezcla de otros dos, incluso de especies distintas. De hecho, la capacidad para el transplante en estos es tan grande que más bien parece obra del doctor Franskentein. son muy conocidos los experimentos de sperman y Mangold (1924) sobre embrión de salamandra: de la parte alta del embrión (por situarlo con una topografía comprensible para el lector, aunque carente de precisión cientí- 2017 893


RGM DICIEMBRE 2017
To see the actual publication please follow the link above