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Despedida P-3A ensamblado en la factoría que la empresa Airbus tiene en el aeropuerto de San Pablo, en Sevilla. España adquirió el compromiso de comprar 27 de estos aparatos para reemplazar la flota de Lockheed Martin C/ KC-130H Hercules, convirtiéndose de este modo en uno de los principales socios del programa. Finalmente, en mayo de 2013 el Ministerio de Defensa decidió rebajar el número hasta 14 unidades. El resto están a disposición de Airbus para su exportación a terceros y el dinero de la venta servirá para rebajar el coste del contrato. Las entregas de estas primeras catorce unidades se dilatarán hasta el año 2022. El Ejército del Aire ubicará su flota de A400M en la base aérea de Zaragoza. ESPAÑA RETIRA SU ÚLTIMO P-3A Si el año pasado le correspondía el honor de hacer el último vuelo en el Ejército del Aire y ser retirado de su inventario al último Boeing 707, en esta ocasión tal «distinción» le ha correspondido a toda una leyenda de la patrulla marítima en el Ejército del Aire: el avión P-3A, número de cola 21, que tanto respeto y admiración ha labrado entre sus tripulantes a lo largo de innumerables años de servicio. El 4 de noviembre de 2017, la tripulación del 56.° relevo del 29.° contingente del destacamento Orión, efectuó el último vuelo operativo del avión 21. Solo le quedaba volver a España y retirarse con honores tras una vida plagada de éxitos y logros. Al igual que su compañero de batallas, el P-3A 22, sus exitosas participaciones en misiones nacionales e internacionales han sido numerosas, aunque muchas de ellas queden en el valiosísimo anonimato de sus tripulaciones. Tras participar en la operación Atalanta, los P-3A dicen adiós a su presencia en el Ejército del Aire. DEBUT DE LOS EUROFIGHTER ESPAÑOLES EN EL RED FLAG Entre el 27 de febrero y el 10 de marzo, Eurofighters del Ejército del Aire participaron en el ejercicio Red Flag 17- 2 en la Base Aérea de Nellis (Nevada, EE.UU.). Se trata, con diferencia, del ejercicio de adiestramiento aéreo avanzado aire-aire y aire-superficie más importante a nivel internacional. En estos ejercicios tomaron parte ocho cazas españoles (pertenecientes al Ala 11 de Morón de la Frontera y al Ala 14 de Albacete) junto a dos Hercules del Ala 31 de Zaragoza (para misiones de transporte aéreo táctico y reabastecimiento en vuelo), participando un total de 230 militares españoles. Durante esta edición se dieron cita cerca de 165 aeronaves pertenecientes a las fuerzas aéreas de Estados Unidos, Países Bajos, Singapur y España. De aquel papel aire-aire inicialmente asignado a los Eurofighters (C.16) españoles, la conversión a un swing-role ha llegado sin descanso. De hecho, España ha desempeñado un papel protagonista en el desarrollo de capacidades aire-tierra para los países socios en el programa, con la integración de la EGBU-16 de 1.000 libras (GBU-48). Seguramente, el objetivo más importante de esta edición era la de operar por primera vez con los Eurofighter a más de 5.000 millas náuticas (NM) de España, además de la integración en una coalición internacional. Paralelamente se han puesto a prueba las capacidades de los aviones, las tripulaciones y los mecánicos y armeros en operaciones aéreas tanto ofensivas como defensivas dentro de escenarios complejos muy demandantes próximos a la realidad y con alta densidad de amenaza. Como en la mayoría de los ejercicios de este tipo, las fuerzas participantes se dividieron en dos bandos: el bando Blue, simulando una coalición internacional en la que se integraron nuestras aeronaves junto a la mayoría de los medios aéreos de la Fuerza Aérea norteamericana (USAF), como aviones F-15, F-18, KC-135, Hercules C-130, etc., además de los F-16 neerlandeses y los helicópteros CH-47 de Singapur. Por otro lado, unas fuerzas de oposición, el bando Red, a las que tuvieron que hacer frente, constituidos por F-16 del 64 Escuadrón de Agressors del Ala 57, simulando perfiles de vuelo de Mig-29, A-4 como Su-30 y aeronaves de guerra electrónica. No solo hubo amenazas aéreas, también participaron hasta 26 sistemas superficie-aire reales y emisores simulados, además de sistemas de cohetes de humos para simulación de lanzamientos de misiles superficie-aire. Durante el desarrollo del ejercicio, los Eurofighter realizaron 157 salidas, sin contar los vuelos de despliegue y repliegue, o, lo que es lo mismo, un 104 % de las misiones programadas. Por su parte, los TK-10 realizaron 12 salidas, tanto en misiones de reabastecimiento aéreo como de transporte aéreo táctico, consiguiendo el 100 % de las misiones programadas. • Segundo A400M entregado al Ejército del Aire. (Imagen: Airbus) REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2018 23


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