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REVISTA EJERCITO 922

la responsabilidad y del sentido del honor en algunos políticos y empresarios, sigue siendo un gran país donde vivir. Quizá deberíamos echar una mirada atrás, hacia todos aquellos españoles olvidados, científicos, inventores, filósofos, matemáticos, médicos, literatos, militares, etc., que contribuyeron decisivamente al desarrollo y bienestar de la sociedad española y de otras. Quizá deberíamos echar un vistazo a la miríada de cosas buenas que disfrutamos y hemos desarrollado por iniciativa de algunos eminentes españoles, muchas de ellas imitadas o envidiadas por otros países. Tenemos que aprender a apreciar lo que somos, en lugar de ser nuestros peores críticos. A la vista de lo indicado y de la situación actual en España, podría argumentarse que la estrategia nacional se agotó con el ingreso de España en la Alianza Atlántica y en la Unión Europea a finales de los 80 y con la consolidación de la relación bilateral con Estados Unidos y con Marruecos. Con esas dos importantes adhesiones al club de países occidentales España se colocó en el lugar que le correspondía después de décadas de aislamiento. Pero no es cierto, la estrategia nacional tiene que seguir avanzando y redefinirse a la vista del nuevo escenario global para poder aprovechar así el escenario estratégico donde está ubicada geográficamente y los retos y oportunidades que se presentan para convertirse en uno de los principales jugadores del sistema. Empecemos con un ejemplo. Desde enero de 2015 el tren de carga de más largo recorrido del mundo sale de España y llega a China como representación de una highway comercial, Madrid-Yiwu; 24 días tarda en recorrer los 13.000 kilómetros que enlazan Madrid con el centro de producción y distribución más grande del mundo: Yiwu. Esta es una muestra de las oportunidades que hay que explotar, no solo para vender aceite y jamón ibérico como principal marca nacional. España sería periférica solo si el centro del mundo estuviera en París o Berlín, y dejaría de serlo si se establece un eje comercial desde Algeciras a Hong-Kong, convirtiéndose entonces en proa comercial hacia el Atlántico en lugar de periferia. En ese caso, la prosperidad que llegaría al Campo de Gibraltar con otras medidas para mantener el Peñón fuera de los beneficios de la Unión Europea después del brexit sería fundamental para que el objetivo perdido de la a veces errante estrategia nacional cayera como fruta madura. Firma del tratado de adhesión a la Comunidad Europea España sería periférica solo si el centro del mundo estuviera en París o Berlín, y dejaría de serlo si se establece un eje comercial desde Algeciras a Hong- Kong 22  /  Revista Ejército nº 922 • enero/febrero 2018


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