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REVISTA EJERCITO 922

Primeras bajas de la Brigada Paracaidista Documento  /  53 po Táctico A, mandado por el capitán Polavieja, actuó ese mismo mes y el siguiente en la zona sur, por Tiliuín y Asaka, sin sufrir ninguna baja. No fue hasta el amanecer del 23 de noviembre cuando las acciones bélicas se fueron extendiendo. En el Yeicht Taharir se pasó de sabotajes, asesinatos y pequeñas acciones aisladas a un ataque general, coordinado y simultáneo tanto a la capital, Sidi Ifni, donde fracasó gracias a una alerta de un miembro de la inteligencia militar, como a todos los destacamentos y cuarteles del interior defendidos por las 11.ª, 12.ª y 13.ª compañías del III tabor de Tiradores de Ifni y por las 2.ª y 3.ª compañías del Grupo de Policía Indígena I, bajo el mando del comandante Francisco Mena. En la operación quedaron cercadas nueve posiciones: Tiliuín, Tiugsa (Tagragra), Tenín de Amel-lu, Telata, El Arbaa de el Mesti, Tabelcut, Hameiduch, Bifurna y Tamucha, y en manos de las bandas rebeldes cayeron por rendición o deserción los tres pequeños puestos de la Policía Indígena en Sidi Uarsik, Sidi Borya y Uggug. Esa misma noche del día 22 de noviembre, la 7.ª compañía de paracaidistas fue designada para reforzar los puestos de la Policía Indígena en Ifni, mientras que el resto de la II Bandera quedaba de reserva en su acuartelamiento. Aprovechando la oscuridad, un grupo de rebeldes armados intentó penetrar en la ciudad utilizando el cauce seco del uad (río) Sidi, en la zona denominada «Las Palmeras», donde los paracaidistas tenían un puesto de guardia con fusil ametrallador. Al ser descubiertos se inició una serie de disparos en la que fue herido leve un cabo paracaidista. Acudió el teniente Calvo Goñi con un grupo de paracaidistas y policías indígenas y se estableció un pequeño combate en el que el paracaidista José Torres Martínez resultó muerto (fue el primer caído en combate de la unidad) y otro paracaidista fue herido de gravedad. Los rebeldes fueron rechazados y también otros grupos rebeldes que atacaron los accesos al aeródromo. El 22 de noviembre de 1957 la guerra de Ifni había empezado. La radio de Allal el Fassi, líder del Istiqlal, llamaba insistentemente a los habitantes de la zona a combatir, incitando a una sublevación general. Desde Madrid no se quería una liberación de los puestos sitiados en el interior a costa de desguarnecer la capital, Sidi Ifni, pues aún permanecía en la memoria lo ocurrido en Melilla durante el Desastre de Annual, en 1921. Por tanto, a falta de fuerzas suficientes, había que esperar la incorporación de refuerzos procedentes de la Península y Canarias. Mientras tanto, desde el interior del territorio llegaban las noticias de la caída de cuatro puestos menores con poca guarnición o situados en lugares poco defendibles, como los de Tabelcut, Hameiduch, Bifurna y Tamucha, donde se supo que algunos de sus defensores habían caído


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