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REVISTA EJERCITO 922

Respecto a EE. UU., en el apogeo del conflicto (enero de 1958) recomendó a Marruecos moderación, ya que si surgía un enfrentamiento entre Francia y España por una parte y los países norteafricanos por otra la URSS intervendría automáticamente a favor de estos últimos, por lo que EE. UU. se alinearía con los europeos, lo cual sería un desastre global1. Finalizadas las operaciones, EE. UU. se cuestionó si era Prisioneros marroquíes durante la guerra de las Arenas entre Marruecos y Argelia conveniente seguir apoyando a Francia y España a costa de perder la influencia en África2. El principal interés de EE. UU. era conservar las bases aéreas del SAC (Strategic Air Command), la base de telecomunicaciones de Kenitra y la estación de VOA (Voice of America) en Tánger, cuyos establecimientos fueron negociados con Francia en la época del protectorado. Aunque al principio trató de mantenerlas sin más, pronto se dio cuenta de que, tarde o temprano, tendría que abandonarlas y en 1958 solo aspiraba a mantenerlas durante siete años. En 1959 fue advertido de que no había bases estadounidenses sino bases francesas utilizadas por EE. UU., por lo que el uso era de carácter temporal al tener que devolverse con la retirada de los galos. Al final, EE. UU. planificó abandonarlas antes de finales de 1963. Menos la estación de VOA, el resto fueron suplidas por las instalaciones que EE. UU. tenía en España. 80  /  Revista Ejército nº 922 • enero/febrero 2018 Respecto a Francia, no hay ni que decir que las relaciones con Marruecos, ya maltrechas desde la independencia, empeoraron debido a su participación en el conflicto, ya que, además de su intervención en la operación Ecouvillón, ceñida al Sáhara, los galos realizaron operaciones de transporte aéreo de tropas españolas e incluso «prestaron» dos buques anfibios (Odette y Foudre) por unos meses. Sin embargo, Marruecos era consciente de que necesitaba a Francia para afianzar su independencia y es ahí donde se nota la diferencia de actuación llevada a cabo por el ELS respecto al Gobierno apoyado por el Istiqlal, ataques contra negociaciones, aunque estas fueran duras. Con respecto a España, el 10 de abril de 1958 se entregó el Protectorado Sur, según lo acordado en el Tratado de Cintra, lo que ocasionó un último incidente al serle cortado el paso a la unidad militar marroquí que debía «EE. UU., en el apogeo del conflicto, (enero de 1958) recomendó a Marruecos moderación»


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