Page 98

REVISTA EJERCITO 922

El SNA había comenzado poco antes del susodicho atentado a retirarse de algunas ciudades, entre ellas Bariire, a 45 kilómetros de Mogadiscio y, como experiencias anteriores han demostrado, cualquier retroceso del Estado es aprovechado por Al Shabab para recuperar terreno. Tal acción terrorista, a añadir a otras muchas algunas de las cuales veíamos anteriormente, llevaban al Gobierno somalí a pedir ayuda a sus aliados en particular a los EE. UU. El 21 de noviembre el Mando Africano de los EE. UU. (USAFRICOM) anunciaba la eliminación de un centenar de miembros de Al Shabab en el bombardeo de un campo del grupo situado a 200 kilómetros al noroeste de la capital, en la región de Bar Elay, en una acción que fue presentada como combinada dada la participación en tierra de comandos somalíes.6 Es importante no solo destacar que el Gobierno somalí afirmaba el 22 de noviembre que había solicitado dicho apoyo aéreo al USAFRICOM, sino que 98  /  Revista Ejército la intensificación de los ataques aéreos es una realidad en los últimos meses. Si a lo largo de 2016, aún bajo la presidencia de Barack Obama, los EE. UU. realizaron trece ataques aéreos contra los yihadistas en Somalia, entre mayo y agosto de 2017 se han realizado ocho ataques, cinco de ellos en noviembre, y ello tras el reforzamiento del compromiso con la lucha contra el terrorismo yihadista en Somalia decidido por el presidente Donald Trump el pasado marzo.7 La susodicha acción, aunque anunciada el 21 de noviembre, se había ejecutado el 8 de noviembre, menos de una semana después de que el 3 de noviembre la Fuerza Aérea de los EE. UU. hubiera realizado otro ataque contra posiciones de Al Shabab, y todo ello como reacción al macroatentado de Mogadiscio.8 Derrotar o al menos debilitar a Al Shabab, así como al embrión del EI en suelo somalí, es no solo necesario sino también muy urgente. A las vulnerabilidades del Estado somalí y de herramientas como AMISOM hemos de añadir las sufridas por países vecinos —como Etiopía, Uganda o particularmente Kenia— que se ven directamente afectados desde hace años, no solo por el terrorismo ejercido por los terroristas yihadistas somalíes sino también por la radicalización que estos inoculan. Esta es particularmente importante entre la diáspora somalí en Kenia, así como entre los propios ciudadanos keniatas de religión musulmana.9 Terminado por el autor: 12 de diciembre de 2017 NOTAS: 1.  CISMAAN, Sakariye: “Remembering and responding: Somalia after the blast-African Arguments”, African Arguments, 23 de octubre de 2017. 2. WARNER, Jason y WEISS, Caleb: “A Legitimate Challenger? Assessing the Rivalry between al_Shaabab and the Islamic State in Somalia”, Combating Terrorism Center (CTC) at West Point, 21 de noviembre de 2017. 3. CARAMEL, Laurence: “Somaliland, les leçons d’un pays fantôme”, Le Monde Afrique, 10 de diciembre de 2017. 4.  «La ONU alerta de que el rastro del Estado islámico se extiende en el norte de Somalia», Europa Press, 8 de noviembre de 2017. 5.  SHEIKH, Abdi: “Roadside bomb kills seven outside Somali capital Mogadishu”, Reuters, 23 de octubre de 2017. 6.  ALI, Idrees: “US says air strike kills over 100 militants in Somalia”, Reuters, 21 de noviembre de 2017. 7.  SHEIKH, A.: “Somalia says it requested US air strike which killed 100 militants”, Reuters, 23 de noviembre de 2017. 8. OMAR, Feisal: «EE. UU. efectúa su segundo ataque aéreo contra los terroristas de Al Shaabab en Somalia», Europa Press, 9 de noviembre de 2017. 9.  CANNON, Brendon J.: “Why Al-Shaabab targets Kenya – and what the country can do about it”, The Conversation, 15 de noviembre de 2017. Situación política de Somalia en 2017


REVISTA EJERCITO 922
To see the actual publication please follow the link above