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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2017

110 PABLO GONZÁLEZ-POLA DE LA GRANJA No pudiendo aguantar más, O´Donnell presentó a la Reina su dimisión el 2 de marzo de 1863. Poco antes, había regresado Narváez a Madrid, con la esperanza de ser inmediatamente llamado por la Reina para sustituir a don Leopoldo al frente del gobierno. Pero esa llamada no se produjo, tardaría aún año y medio en producirse. Antes se sucedieron los gobiernos del marqués de Miraflores, moderado un tanto avanzado; Lorenzo Arrazola, moderado puro y Alejandro Mon. En todos estos gobiernos figuraban antiguos ministros de O´Donnell, quien volvió tranquilamente al Senado. Pero la incapacidad de estos gobiernos para mantener un mínimo de estabilidad provocó la, anhelada por Narváez, llamada de doña Isabel para que formara gobierno. El 16 de septiembre de 1864 tomaba posesión, ya cansado, Narváez de un gobierno que apenas duró siete meses, pero que puso fin al entuerto en el que se había metido O´Donnell, anulando la anexión de Santo Domingo que daba por terminada la guerra en aquel país. La dura y desproporcionada represión, por parte de fuerzas militares y de la Guardia Civil de un grupo de estudiantes que protestaban en la Puerta del Sol por la destitución de don Emilio Castelar de su cátedra en la Universidad Central de Madrid, provocó un gran escándalo que llevó por delante al gobierno de Narváez. La Reina volvió, de nuevo, a mirar a O´Donnell y este intentó, por última vez, la recuperación de la antigua Unión Liberal recuperando para el gobierno nombres como Alonso Martínez, Posada Herrera y Cánovas del Castillo. Pero en esos pocos años la situación había cambiado mucho, sobre todo en el partido progresista, ya en manos del general Prim, en abierto enfrentamiento con don Leopoldo y pensando ya en un cambio de dinastía para España. Con una burguesía y una clase trabajadora urbana, cada vez más cansada de una absurda legislación censitaria que de una población próxima a los dieciséis millones de personas, tan sólo permitía el voto, aproximadamente, a unos 160.000 electores, se pensaba, cada vez más en formas de expresión política al margen del sistema61 y cada vez más radicales. De aquí el éxito de los progresistas, cada vez más exaltados. O´Donnell convocó unas nuevas elecciones, para intentar ampliar la mayoría centrista y para ello amplió en censo electoral sensiblemente, hasta 418.000 electores. Además, dictó una serie de normas liberales intentando atraerse al progresismo, así como a la facción del moderantismo más avanzada, en un desesperado intento para resucitar el fallido intento fusionista. Una de las medidas más arriesgadas de este gobierno de O´Donnell fue arrancarle a la Reina el reconocimiento del Estado italiano, contra el criterio de la Santa Sede. Pero los 61  FERNÁNDEZ BASTARRECHE, Fernando: Los espadones románticos, ob.cit. p. 311. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2017, pp. 110-122. ISSN: 0482-5748


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