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confiada por ordenanza de 22 de octubre de 1768 la inspección y dirección de los arsenales, puertos y costas del reino. Ahora debía separarse al corresponder al nuevo Cuerpo de Ingenieros de Marina la construcción de los edificios hidráulicos y civiles correspondientes a los departamentos y astilleros. Por otro lado, los oficiales de su Cuerpo tienen acreditada su inteligencia, constituyendo especialmente las obras de Cartagena un vivo ejemplo de ello ya que, contra toda oposición, se ha conseguido que la dársena, diques, gradas y demás edificios anejos formen un conjunto que admire a los extranjeros y carezca de parangón en todo el Mediterráneo, recurriendo en esta forma ya que la presente ordenanza les despoja de este ramo de su instrucción y confunde sus facultades. No tenemos constancia documental de si hubo respuesta concreta a lo anterior, pero es lo cierto que transcurridos tres meses, Cermeño elevó una nueva queja, esta vez con un extenso preámbulo respecto a la reputación que hasta ahora ha tenido el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, exponiendo «que de faltar al Ingeniero General de España el puntual conocimiento de los Estados del Reyno, sus Fronteras, Costas, Plazas, Puertos y sus arsenales con cuanto a estos objetos concierne, no llenará en modo alguno las funciones de su empleo explicadas en el título 6º del 4º tomo de las nuevas ordenanzas», fundando ello en el conocimiento que tiene de la orden dada por Julián de Arriaga a Vodopich y cuyo contenido es el siguiente: «Siendo el ánimo del Rey, que V. S. continúe en la dirección de las obras de ese Arsenal, dando cuenta de todo lo relativo a este encargo al Ingeniero General de Marina Don Francisco Gautier, a quien por ordenanza de creación de este Cuerpo corresponde la inspección y manejo de semejantes asuntos». Ya que, si bien esta real orden aclara lo dudoso de la ordenanza de Ingenieros de Marina expedida el 10 de octubre de 1770, «con la resulta de quedar Yo sin la inspección en las obras dependientes de las Costas Marítimas», no lo hace de si «me sigue igual suerte por lo respectivo al Ingeniero Director Don Mateo Vodopich, que por la misma Real orden debe reconocer por superior, é, inmediato Jefe a Don Francisco Gautier, quedando asimismo separado de su Ministerio de la Guerra», quedando vacante su empleo y el de los que con él están destinados en las obras del arsenal de Cartagena. Ahora la respuesta no se hace esperar, y con fecha de 8 de julio Cermeño tuvo conocimiento de la orden dada a Vodopich como «encargado de las obras del arsenal de Cartagena, para que las continúe, dando cuenta de todo lo relativo a este encargo al ingeniero de Marina Don Francisco Gautier», añadiendo finalmente que «Ha resuelto S.M., que los ingenieros actualmente empleados en los Departamentos de Marina, estén a la orden del Ingeniero General de Marina, ínterin que este destine otros ingenieros de su clase que los releven, pero que los dichos Ingenieros de Ejército den a V. E. como su Director General, noticia de sus ocupaciones». Parecía resuelto el problema, pero Gautier no había conseguido el empleo de capitán de navío al que aspiraba con su nombramiento, ni sus emolumentos, que no se regu- AÑO 2017, SUPLEMENTO N.º 26 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 139 27


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