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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 139 MAS SUP 26

EL TRASLADO DEL ARSENAL DE CAVITE A OLÓNGAPO (BAHÍA DE SUBIC) «Salí para el puerto de Subic a las 11 de la noche del 25 de abril último con la Escuadra compuesta de los buques que se mencionan en el oficio que tuve el honor de dirigir a V.E. en aquella fecha. En la mañana siguiente ya en el puerto de Olóngapo conferencié con el Capitán de Navío Sr. D. Julio del Rio (sic) el cual si bien no me tranquilizó respecto al estado de las obras de defensa, me dio a entender que en breve quedarían terminadas El crucero Castilla hacía mucha agua y se tuvo trabajando aquel día y su noche para remediar la avería consiguiendo al fin quedase casi estanco pero imposibilitado por completo de utilizar su máquina teniendo que ser remolcado por el crucero Don Juan de Austria para colocarlo al N.O. y a continuación de la Isla Grande con objeto de cooperar a la defensa de la boca del puerto. Con sumo disgusto me enteré entonces de que los cuatro cañones que debían montarse en la isla aun (sic) tardarían mes y medio en estar emplazados, lo que me sorprendió pues que las baterías provisionales que la Marina instaló venciendo no pocas dificultades en la entrada de la bahía de Manila habían quedado listas para hacer fuego a los 24 días de comenzados los trabajos. También supe con no menos disgusto que de los 14 torpedos Matihieson (sic) disponibles solo había colocados 5 y además se confiaba poco en su eficacia. Estas noticias me hicieron variar mucho en mi idea de esperar en Subic al enemigo porque no defendida la entrada por torpedos ni por las baterías de la isla tenía necesariamente que aguantar la Escuadra el ataque de la Americana con sus escasísimos medios de acción en 40 metros de fondo y por tanto en la casi seguridad de que no sólo fuera destruida nuestra Escuadra toda sino que también no se salvarían sus tripulantes. Aun (sic) me quedaba la esperanza de que los Americanos no fueran a Subic y nos dieran tiempo para prepararnos mejor en lo posible pero el telegrama que recibí del Cónsul de España en Hong-Kong me hizo comprender que el enemigo sabía perfectamente donde dónde se hallaba mi Escuadra y conocía lo indefenso que estaba el puerto de Subic». En el citado informe dice Montojo que el 29 de abril, a la vista de la situación, y ante la proximidad de la escuadra norteamericana, «convoqué Junta de Comandantes y todos a excepción del Capitán de Navío Sr. Del Rio fueron de parecer que la situación era insostenible y que debíamos trasladarnos a la bahía de Manila para aceptar allí el combate en las menos malas condiciones posibles procurando de colocar los buques en poco agua a fin de vararlos en caso necesario y salvar las vidas en último extremo». Respecto a las instalaciones de Subic, el informe dice: «Al Jefe de la comisión de la Marina en Olóngapo le di orden de desalojar la isla Grande concentrando sus fuerzas cerca del Arsenal en un lugar estratégico teniendo todo dispuesto para quemar el carbón del Depósito, llevando consigo los víveres y cuanto pudiera salvar de la rapacidad del enemigo». El resto de la historia ya es conocido: la mayor parte de las unidades españolas destacadas en las Filipinas fueron destruidas en el combate de Cavite. Año 2017 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 65


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