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AEROPLANO 35

53 Y Barea dice alegrarse de que el contrato del ejército espa-ñol no fuera a parar a manos de Junkers. Por el artículo del ABC sabemos el tipo de avería que tuvo el avión y quien era «el viejo y famoso piloto de globos», pero en la novela no aparece el nombre de Kindelán, aunque le cayera bien, pues luchó en el bando contrario. Por otro artí-culo del ABC en la edición de tarde (esos ABC de entonces, que publicaba las vacantes militares y los destinos) sabemos que cuando el rey abandonó Cuatro Vientos, la avería del motor («por motivos diplomáticos», que no son otros que la imposición, a un rey, tan entusiasta de la aviación, al que a finales de los años veinte seguían sin dejarle volar por seguri-dad, aunque el 26 de agosto de 1926 había tenido su bautizo del aire sobre la bahía de Santander a bordo de un hidro Dornier 16 de la Aeronáutica Militar, pilotado por el teniente Ruano acompañado por el comandante Gonzalez Gallarza, 17 años después de la famosa fotografía con Wilbur Wrigt, donde no le permitieron volar en el aeródromo de Pau por razones de estado) se pudo arreglar y esa tarde realizó un vuelo sobre Madrid llevando a diversas personalidades. La revista Aérea de diciembre de 1929 hace referencia a la presentación del prototipo en Dassao en el mes de noviem-bre. Señala una autonomía de 4 000 km con una carga de 3 000 Kg y del que «se espera en breve llegar a un nuevo tipo en que el fuselaje quedará absorbido por las alas, es decir, una verdadera ala volante, con las ventajas aerodinámicas que esto traería aparejado». Entrelazado con el texto anterior, cuenta unas reflexiones relacionadas con el Junkers G-38. «Todo lo que yo conocía de la teoría de la aeronáutica lo debía a mi trabajo en el pleito de Junkers contra Ford en el cual había intervenido por nuestro cliente Junkers. Hacía ya tiempo que habían pasado por mis manos las patentes de Junkers y Heinkel. ¿Tras de qué andaría ahora esta gente?». Tengo que destacar que entre las patentes en España relativas a material aeronáutico no figura ninguna a nombre de Henry Ford ni de Ford Motor Company, aunque primero CLASSA y después su heredera LAPE contaron con un avión Ford trimotor 4 ATF (el EC-RRA de LAPE). En principio pensé que la demanda era sobre este modelo, pues Ford comienza su incursión en el mundo aeronáutico con la compra en 1924 de Stout Metal Airplane Company, fundada por William Bushnell Stout, que sí tiene una patente Junkers G 38


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