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AEROPLANO 35

Poco tiempo después de su llegada a España tras ser adquirido por el Real Aero Club de Andalucía, el Miles M.3A Falcon Major deja ver sus estilizadas líneas en el aeródromo de Tablada. Pintado sobre el estabilizador vertical se observa el emblema del Real Aero Club de Andalucía y, debajo de él, el número cinco en caracteres romanos. Era un sistema, adoptado en clave interna, para identificar individualmente las aeronaves adscritas al aeroclub. Fue dado de alta en el registro de aeronaves el 10 de octubre de 1935 con la matrícula civil EC-DBB 69 fabricación 1916 pasó a ser propiedad del aeroclub. Inició su carrera operativa en territorio español el 5 de septiem-bre de 1933 con la matrícula EC-TTA. Cerrando el capítulo dedicado a los Moth, el 10 de septiembre de 1934, la firma The De Havilland Aircraft Com-pany atendía la petición de la entidad andaluza para suministrar el DH.60GIII Moth Major con el número de fabrica-ción 5098. Un mes después, el 30 de octubre, recibiría su correspondiente certificado de navegabilidad con la ma-trícula EC-YAY. El inventario de aviones adscritos al propio aeroclub se completaría el 21 de junio de 1935, una vez formalizada la entrega por parte de la empresa britá-nica Phillips and Powis Aircraft Ltd. de uno de los 19 Miles M.3A Falcon Major construidos por la firma, concretamen-te el número de fabricación 201. Con Fernando Flores Solís a los mandos y pintado totalmente de azul, fue trasla-dado en vuelo desde Inglaterra luciendo la matrícula provisional EC-W45. Este avión causaría alta en el Registro Na-cional de Aeronaves el 10 de octubre de 1935, identificado con la matrícula EC-DBB. En lo que se refiere a los propieta-rios particulares, la relación de aerona-ves era igualmente destacable. El 30 de marzo de 1929, el registro nacional daba de alta con la matrícula M-CDAD (a partir de 1931 EC-DAD) al Klemm L.25 con número de fabricación 111, adquirido por Antonio Clarós y Romero de Castilla. Ya en 1930, el 3 de enero, Pablo Atienza Benjumea inscribía con la matrícula M-CHAH (en 1931 EC-HAH) otro Klemm L.25 equipado con motor radial Salmson AD.9. Se trataba del ejemplar con el número de fabricación 122. El destino final de estas dos aerona-ves fue dispar. El EC-DAD terminó sus días completamente destrozado en Ta-blada. Cuando se disponía a tomar tie-rra en el aeródromo, colisionó contra un mástil que se alzaba cerca del barracón del aeroclub. Desestabilizado, el avión impactó contra el suelo quedando ca-potado en tierra con serios destrozos en la sección frontal del fuselaje. En el accidente perdería la vida Arturo Mén-dez Maldonado y el mecánico que le acompañaba. Por su parte, el EC-HAH pasaría a manos de Fernando Pons y Ramírez de Verger en octubre del año 1935 para ser utilizado en la formación de pilotos por la Escuela de Aviación Pons, ubica-da en el aeródromo de El Rompedizo, Málaga. En 1930, Gerardo Basterechea ad-quiría a la compañía Fiat Aviazione de Turín, un pequeño biplaza AS.1, con-cretamente el ejemplar identificado con el número de fabricación 101. El 24 de marzo recibe la matrícula M-CALA, cambiada en 1931 a EC-ALA. El monoplano Monocoupe de ala al-ta arriostrada, en sus variantes 90 y 90 De Luxe, resultó muy popular en-tre los socios del aeroclub sevillano. Con el Monocoupe 90, cuyo número de fabricación era el 566, se inicia-ron las importaciones de este mode-lo; este ejemplar fue matriculado como M-CKAK el 28 de junio de 1930 por Mi-guel Artemán Cerdá. Posteriormente, en 1931, se sustituyó su matrícula -se-gún la nueva normativa- por la EC-KAK. Uno de los primeros pilotos formados en la escuela de vuelo del Aero Club de Andalucía, Fernando Flores Solís, seguiría el camino marcado por Arte-mán, convirtiéndose en propietario del Monocoupe 90 con el número de fa-bricación 552. Este avión causó alta el 24 de febrero de 1931 con la matrícula EC-MAA. A los mandos de este Mono-coupe, Flores Solís, acompañado por Vicente Gil Mendizábal, resultaría ven-cedor de la 1.ª Vuelta Aérea a España, celebrada ese mismo año, tras comple-tar un recorrido de 3.147 kilómetros. Parecía que haber adquirido un so-lo Monocupe 90 no era suficiente para Miguel Artemán. Al menos así lo con-firmaba cuando, en 1931, compró un segundo ejemplar con el número de fa-bricación 674, el cual, el 30 de mayo de 1931, recibiría la matrícula EC-APP. De todos modos, Artemán no tardó mucho tiempo en desprenderse de su segun-do Monocoupe, pues el 13 de julio de 1936 se lo vendió a Augusto Taillefer Gil. Esta transacción situaría la base de operaciones del avión a partir de esa fecha en el aeródromo malagueño de El Rompedizo.


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