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REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2018

NOTICIARIO Área Marina Protegida del mar de Ross en la Antártida El pasado 1 de diciembre entró en vigor el Área Marina Protegida (AMP) del mar de Ross. Su creación fue aprobada en octubre de 2016 en la reunión de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) en Hobart (Australia), donde todos los países miembros aprobaron una propuesta conjunta de Estados Unidos y Nueva Zelanda para crear un área especial de 1,55 millones de km2 en la que las actividades humanas estén limitadas. Este AMP restringe o prohíbe totalmente ciertas actividades a fin de cumplir objetivos específicos de ordenación, protección de hábitats, seguimiento del ecosistema y gestión de pesquerías. El mar de Ross es uno de los últimos ecosistemas marinos intactos en el mundo, donde viven un tercio de la población de pingüinos Adelaida (Pygoscelis adeliae), un cuarto de la de pingüinos Emperador (Aptenodytes forsteri), focas Wedell (Leptonychotes weddellii), bacalaos de profundidad y un tipo único de orca. El 72 por 100 del AMP es una zona de veda en la que queda prohibida toda actividad pesquera, permitiéndose en otras áreas la de peces y de kril para fines de investigación científica. Década de las ciencias oceánicas para el desarrollo sostenible El pasado 6 de diciembre la ONU proclamó el período 2021-2030 como la década de las ciencias oceánicas para el desarrollo sostenible. El objetivo es movilizar a la comunidad científica, pero también a los políticos, empresas y sociedad civil en torno a un programa común de investigación y de innovación tecnológica. Una de las prioridades durante esos diez años será «reforzar y diversificar las fuentes de financiación». En la actualidad los países dedican a las ciencias oceánicas entre el 0,04 y el 4 por 100 del dinero invertido en investigación y desarrollo (I + D). Sin embargo, hay casi 3.000 millones de personas que dependen de la biodiversidad marina y costera para su subsistencia, y los océanos absorben casi un tercio del dióxido de carbono generado por los seres humanos y acentúan así el impacto del calentamiento global. La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) destaca que, pese a la importancia que tiene, la ciencia no ha conseguido evaluar los efectos acumulativos de las actividades humanas en los océanos y sus consecuencias en términos de contaminación, calentamiento o acidificación. 175 2018


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