1914, con la guerra recién comenzada, cuando el U-18, al mando del teniente de navío Heinrich von Henning penetró en el fondeadero siguiendo a un vapor mercante a través del Hoxa Sound y, al no encontrar blancos para sus torpedos, enfiló la salida en sentido inverso cuando su periscopio fue avistado por un guardacostas que procedió contra él quebrándole el mástil. Adicionalmente, al submarino le falló el timón de profundidad y no pudo evadirse del segundo ataque del guardacostas, que terminó por echarlo a pique. Menos uno que se ahogó, todos los tripulantes, incluido el comandante, fueron apresados, Desde el punto de vista estratégico, Scapa Flow gozaba de una situación privilegiada a la hora de controlar la salida a mar abierto de la Flota alemana. (Imagen: internet). y el U-18 reposa hoy a 75 metros de profundidad como mudo recuerdo de una de las peores guerras que ha conocido la humanidad. El segundo intento de ataque lo llevó a cabo el U-116, bajo el mando del teniente de navío Hans Joachim Emsmann cuatro años después. En esta ocasión el sumergible fue detectado por el sistema de hidrófonos y hundido por una mina guiada desde tierra por control remoto, desapareciendo bajo las aguas con sus 36 tripulantes. Otro de los pecios de la Primera Guerra Mundial, y que de algún modo prestigia los fondos de Scapa Flow, es el del crucero británico Hampshire, hundido en junio de 1916 cuando abandonaba la base, debido, probablemente, al impacto de una mina ofensiva alemana. A bordo del Hampshire, en misión diplomática que debía conducirle a Rusia, TEMAS GENERALES Ensenada de Scapa Flow. El núcleo urbano más cercano era la localidad de Kirkwall. 18 Enero-feb.
REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2018
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