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REVISTA GENERAL DE MARINA ENE FEB 2018

TEMAS GENERALES A bordo del U-47 sintieron nítidamente la explosión y Günther Prien ordenó escapar a toda velocidad, disparando en retirada el torpedo de popa, que también falló. Tanto en tierra como a bordo del Royal Oak todo permanecía sorprendentemente en calma y no se produjo ninguna alarma, por lo que, con nervios de acero, Prien decidió acometer un segundo ataque de tres torpedos a una distancia menor. En esta ocasión todos los proyectiles hicieron blanco y explotaron, levantando grandes columnas de agua, y diez minutos después el Royal Oak se daba la vuelta y se hundía. Al día siguiente los buzos encontraron uno de los torpedos sin explotar y se dieron cuenta de que esa noche habían sido visitados por submarinos alemanes. Esa misma tarde un nuevo vapor fue hundido en el Kirk Sound, que de esa forma quedó bloqueado de manera segura. Demasiado tarde. Navegando en superficie el U-47 consiguió salir a mar abierto por una brecha algo más al sur de la utilizada a la entrada. Una vez a salvo, Prien envió un mensaje a Doenitz informando del resultado de Baldour, y tres días después el submarino llegaba a la base de Wilhelmshaven con la tripulación formada en cubierta, siendo recibidos como héroes. La dotación al completo fue condecorada con la Cruz de Hierro y días después Hitler prendió en el pecho de Prien la Cruz de Caballero, siendo el primer comandante de submarinos en recibirla. En Scapa Flow quedaron hundidos un barco y el orgullo británico, además de 834 marinos muertos de una tripulación de 1.200. Tres días después del ataque, cuatro bombarderos Junkers Ju 88 sobrevolaron Scapa en una de las primeras incursiones de la Luftwaffe sobre Gran Bretaña, dañando gravemente al veterano acorazado Iron Duke. Uno de los aviones fue derribado por una batería antiaérea y constituye hoy otro de los pecios del santuario-museo de los fondos de Scapa Flow. Como ya se ha dicho, la base inglesa aún habría de alcanzar una altísima cota de protagonismo al servir como oficina de operaciones a Winston Churchill cuando decidió dirigir personalmente la localización, caza y hundimiento del acorazado Bismarck. Una de las cosas por las que el político británico alcanzó fama inmortal, además de por su amor a la ginebra y a los puros, fue su incapacidad a la hora de reconocer sus errores. Sin embargo, al serle mostrada la foto de Michael Suckling, tras recordar su grave error en aquellas mismas salas en la Primera Guerra Mundial cuando desautorizó a una leyenda de la Marina, como era el almirante Sir John Fisher, ordenando bajo su responsabilidad el desastroso desembarco de Galípoli, Churchill se llenó de humildad y, consciente de lo que se jugaba Inglaterra, suplicó a los oficiales navales que dieran lo mejor de sí y cazaran del modo que fuera al poderoso acorazado alemán, conseguido lo cual, al quedar neutralizada la Flota alemana igual que había sucedido en la Primera Guerra Mundial, la base perdió protagonismo y no tuvo ninguna otra actuación destacable. Concluida la Segunda Guerra Mundial, Scapa Flow dejó de tener razón de ser y con el paso de los años fue desmantelada. Antes, siguiendo órdenes 2018 25


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