La universidad de los cuerpos comunes La Academia Central de la Defensa agrupa las escuelas militares de Estudios Jurídicos, Intervención, Sanidad, HMúsica, Idiomas y Ciencias de la Educación asta el pasado 15 de agosto, Miguel Martínez Marín era el doctor Martínez Marín: cardiólogo, doctor en medicina, autor de tres libros, de más de 50 publicaciones nacionales y de diez internacionales, profesor colaborador en la Universidad de Zaragoza e investigador de la Sociedad Española de Cardiología y del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud. A sus 34 años este zaragozano contaba ya con un extenso currículum, pero el 16 de agosto dejó a un lado su trayectoria profesional y cambió el quirófano del hospital Royo Villanova de Zaragoza por las aulas de la Academia General Militar que veía desde la ventana de su despacho. Pasó a ser el alférez cadete Miguel Martínez Marín. Después de tres meses de instrucción militar, que le llevaron a las academias General Militar y General del Aire y a la Escuela Naval, Martínez Marín se convirtió en noviembre en nuevo alumno de la Escuela Militar de Sanidad, integrada en la Academia Central de la Defensa. «Siempre me ha movido la vocación, siempre he querido ser médico y militar, y en cuanto tuve oportunidad de ingresar en las Fuerzas Armadas, no lo dudé», relata con entusiasmo en la sede de la Academia, situada en Madrid. Hijo y nieto de militares, tuvo que esperar varios años, hasta que el Ministerio de Defensa convocara plazas de cardiólogos, para acceder a las pruebas de ingreso. Reconoce que sus colegas le miraban «con extrañeza» por abandonar una trayectoria prometedora y muy bien remune- 14 Revista Española de Defensa Marzo 2018
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