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El presidente de Montenegro, Filip Vujanovic, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la ceremonia de ingreso. Montenegro, el nuevo aliado El país balcánico es ya formalmente el miembro 29 de la Alianza Atlántica, lo que aporta estabilidad a una de las regiones estratégicas más complejas de Europa LA admisión es buena para Montenegro, y también lo es para la estabilidad de los Balcanes occidentales y la paz y seguridad internacionales», declaró el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante el acto de ingreso a la Alianza Atlántica del país balcánico. «Montenegro entra en la OTAN con un asiento en la mesa, como uno más, con voz propia para participar en las decisiones de cómo debe ser la Alianza del futuro y con su independencia garantizada», añadió. En la ceremonia protocolaria en la que el país firmaba su adhesión a la organización atlántica —celebrada a finales del pasado año en Washington— estuvieron también presentes el presi- dente montenegrino, Filip Vujanovic, el jefe del Gobierno, Dusko Markovic, y el ministro de Asuntos Exteriores e Integración Europea, Srdan Darmanovic. Como anfitrión estadounidense actuó el secretario adjunto para Asuntos Políticos del Departamento de Estado, Thomas A. Shannon. Los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la OTAN habían firmado el protocolo de adhesión de Montenegro en mayo de 2016 y, desde entonces, todos los parlamentos de los hasta entonces 28 aliados fueron ratificando la propuesta. Al margen del más que obvio significado de que uno de los países que conformó la antigua Yugoslavia haya sido capaz de mantener las condiciones democráticas y de estabilidad que exige el acceso a la OTAN, con el ingreso de Montenegro la Alianza redondea el control de todo el mar Adriático. Como era de esperar, la admisión del nuevo aliado ha levantado las protestas de Rusia, y deja en el aire posibles represalias de Moscú, que por el momento no se han concretado. Haciendo mención a los siglos de «relaciones fraternales», la parte rusa manifestó su descontento en un comunicado que hacía referencia a la «actitud hostil» mantenida por las autoridades montenegrinas. Pero las líneas rojas que Moscú pretendía imponer para impedir el ingreso de países vinculados tradicionalmente a la esfera rusa ya se han disuelto en el tiempo. 54 Revista Española de Defensa Marzo 2018 OTAN


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