birá desde el hospital diciéndole: «Señor, espero que sepa cuidarse porque hay muy pocos como usted y ninguno que pueda reemplazarlo ». Otro de sus soldados, que años después formará parte de la Delta Force, le escribirá: «Fuiste bendecido (algunos dirían premiado) con el respeto y la admiración de 120 soldados que te hubieran seguido hasta la muerte… Sé lo que significa tener temple bajo presión y tú lo tenías». Richard Winters lideraba con cercanía, conociendo a su gente, era capaz de motivarlos, impulsarlos, sabiendo que él era su jefe y que eso lo obligaba a muchas cosas. Del liderazgo suelen emanar muy pocos derechos y sí muchas obligaciones y responsabilidades. Fue una persona que entendió que mandar implica servir, ser ejemplar y asumir una importante responsabilidad para con aquellos que están bajo las propias órdenes. Supo diferenciar el poder de la autoridad y ejerció el mando tomando Homenaje al mayor Richard Winters en marzo de 2007 decisiones difíciles, pero siendo él también partícipe de esas mismas decisiones. Pero, además, en Winters podemos 40 / Revista Ejército nº 923 • marzo 2018 encontrar algo poco habitual: «autoliderazgo». Supo dirigir a otros porque supo dirigirse a sí mismo. El comienzo de ese saber liderarse comenzó en el momento en que decidió dar lo mejor de sí mismo. Se ganó el respeto y la admiración de los soldados que pusieron bajo sus órdenes. Su liderazgo establece ciertas referencias: respeto, ejemplaridad, cuidado, espíritu de servicio. De todas ellas podemos aprender. Comprender ese liderazgo y hasta interiorizarlo nos hará mejores jefes, mejores personas. El mayor Richard Winters recibió, entre otras condecoraciones, la Medalla de Servicios Distinguidos, una Estrella de Bronce y el Corazón Púrpura. Falleció el 2 de enero de 2011.n Condecoración del Corazón Púrpura
EJERCITO 923
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