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EJERCITO 923

Organización  /  43 primer embrión del Ejército español: la Santa Hermandad, una milicia concejil compuesta por caballeros «hijosdalgo» y peones campesinos o villanos3. Como la guerra de Granada demostró sus limitaciones, el 2 de mayo de 1493 la sustituyó por una copia de la Gendarmerie: las Guardas de Castilla, que algunos se empeñan en llamar «viejas» cuando aún no lo eran. Dos años después, siete de sus compañías invadieron Nápoles al mando de Fernández de Córdoba, quien hizo carrera en caballería, como el duque de Alba y Alejandro Farnesio, mientras que Juan de Austria comenzaría la suya como almirante. Lo acompañaban 6.000 peones: «El un tercio con lanzas, como los alemanes las traían, que llamaron picas, el otro tenía el nombre antiguo de escusados (rodeleros), y el tercero de ballesteros y espingarderos e iban estos peones repartidos en cuadrillas de 50 en 50». Aunque esta crónica extemporánea4 parezca indicar lo contrario, aún no había picas ni tercios, solo cuadrillas provisionales dotadas con tres tipos de armas: de mano (espada, escudo o rodela), de asta (partesanas italianas, alabardas alemanas) o de tiro (ballestas francesas, espingardas españolas). Como era previsible, la Gendarmerie se impuso en Seminara y solo fue derrotada en Atella por una epidemia de peste. La fortuna no sonreiría a los españoles hasta que en 1503 el rey Católico ordenara proteger a los escudados / rodeleros con coseletes, armar a los lanceros con picas suizas y duplicar el número de espingarderos a costa de los ballesteros. En Ceriñola, Gonzalo los combinó en vanderas de 250 efectivos y estas en tres colonnas de 2.000 mandadas por Paredes, Navarro y Ravennstein. Desde esta trascendental reforma, los peones serían conocidos como ynfantes de ordenança (del latín infans: niño, servidor)5. En 1507 Fernando recibió el vasallaje de la nobleza napolitana, que asumió la defensa del reino mediante trece fortalezas y doce compañías de caballería. La infantería fue licenciada para ahorrarle al rey las soldadas y a las poblaciones que las alojaban los excesos de unas tropas desocupadas. Antes que afrontar un futuro incierto en España, muchos veteranos prefirieron emigrar a las Indias u ofrecerse como mercenarios a Roma, Venecia e, incluso, Francia. Algunos volvieron a sentar plaza en 1509 para acompañar a Navarro en la conquista de Orán, Bujía y Trípoli6. Tres años después, los 1.500 supervivientes se unieron a otros 2.000 españoles recién llegados de Málaga con el colunelo Zamudio y 4.500 napolitanos contratados por el virrey Cardona. La inexperiencia de este provocó la derrota de Rávena, donde moriría Zamudio y Navarro sería capturado. Mientras tanto, el II duque de Alba conquistaba Navarra con las Guardas de Castilla y 6.000 voluntarios castellanos. Firmada la paz en Noyon, toda la infantería fue nuevamente desmovilizada. PROTOTERCIOS Carlos I de Habsburgo heredó unos territorios tan vastos y fragmentados que sus milicias no bastaban para defenderlos, de ahí su preocupación por crear un ejército permanente y proyectable. Pese a compartirlos con el Sacro Imperio, los costes humanos y financieros resultarían prohibitivos para España, provocando varias bancarrotas y numerosos motines por falta de pagas. Así, por ejemplo, la ordenanza de 1525 estableció un sueldo anual de 225.000 maravedíes a los capitanes de caballería y de 50.000 a los de infantería. Un infante cobraba unos 12.000, en función de su armamento. Según Cerezeda7, estos primeros infantes profesionales seguían alistándose en banderas orgánicas, pero se agrupaban tácticamente en «tres escuadrones de piqueros (vanguardia, batalla, retaguardia) y cuatro mangas de arcabuceros (flancos)». El mando recaía ahora en un maestre de campo, de los que llegaron a Italia una docena entre 1521 y 1536. Acabada cada campaña, podían ser licenciados como su tropa o reformados a simples capitanes. Solo algunas banderas tuvieron continuidad, incluyendo la de Cerezeda. Mandadas por Pescara tomaron Milán (1521), humillaron a los suizos en Bicoca (1522) y capturaron a Francisco I en Pavía (1525). Con Urbina saquearon Roma (1527), defendieron Nápoles (1528) y coronaron al emperador en Bolonia (1529). Guevara restauró a los Médici en Florencia (1530). En Austria combatieron a los otomanos a las órdenes de Ávalos (1528), Vasto (1530) y Machicao (1532). De regreso a Génova tras la fallida expedición a Marsella, Carlos promulgó la instrucción de 15 de noviembre de 1536: «La infantería española del tercio de Nápoles y Sicilia que reside en nuestro ejército está pagada hasta el fin de mes de septiembre, y la del tercio de Lombardía hasta mediado del mes de octubre, y los soldados del tercio de Málaga que quedaron en Niza, hasta el 25 del dicho mes». Estos tres tercios (3/3) solo tenían significado financiero pues aludían, en realidad, a cuatro agrupaciones tácticas: •  Trece banderas veteranas de Italia y Austria que en 1533 se «El 19 de abril de 1476 el Trastámara Fernando V de Castilla (Fernando II de Aragón) creó el primer embrión del Ejército español: la Santa Hermandad»


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