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EJERCITO 923

Monumento a Averroes en Córdoba, su ciudad natal Cultura  /  57 entre los oficiales del Protectorado y de las que tenemos noticia por una puntual información en la Vanguardia de Barcelona del día 4 de octubre de 1928, en donde se informa de una conferencia en Tetuán. Tetuán era la capital del Protectorado español en Marruecos, de mucha menor extensión que el de Francia, pero de no menos complejidad, ya que la zona del Rif, aún hoy en día, es lugar de asentamiento de los levantiscos y belicosos rifeños, lo que obligará a un gran esfuerzo militar y económico a la metrópoli hispana. Allí, entre 1930 y 1940, don Carlos comienza como profesor de la Academia Militar de Árabe y Bereber hasta que en 1935 se cierran todas las existentes en el Protectorado  — en la de Melilla ejerció como profesor el propio Abd el Krim—, e inmediatamente inicia su trabajo en el Centro de Estudios Marroquíes, que sustituye a la academia militar y en él llegará a ejercer como director. Este centro, de gran prestigio en la época, se constituye como una autentica facultad universitaria, ya que imparte estudios superiores con un completo currículo de cinco años de duración y se mantendrá abierto hasta 1956. Será allí donde desarrolle la mayor parte de su producción. En 1935 publica El poder judicial y la propiedad inmueble según la escuela malekita; en 1938, Instituciones de la religión musulmana, y en 1942, Instituciones de derecho musulmán, todas ellas a cargo de la Delegación de Asuntos Indígenas. Además de lo anterior, se sabe, por originales encontrados en el legado familiar, origen de la actual recuperación de su figura, que elaboró trabajos para las autoridades del Protectorado sobre el derecho penal musulmán y sobre el derecho militar, ambos según la escuela malekita. La obra más famosa de Averroes, el Tahafut al tahafut (La destrucción de la destrucción), traducida tempranamente al latín y al hebreo, se basa en la refutación del libro del Al Gazhali, uno de los mayores pensadores del islam, Tahafut al falsafat, en el que este anatematiza la filosofía en general y sobre todo la ética y la metafísica, y que servirá de base para el repudio por parte de las corrientes más reaccionarias del islam de todo aquello que pueda sonar a heterodoxia o referenciar a Aristóteles o Platón. Averroes desmonta punto por punto las afirmaciones de Al Gazhali5, lo que le costará su puesto de cadí de Córdoba cuando lleguen los almohades al poder, algo así como los integristas islámicos de hoy. El coronel Quirós tuvo tiempo para llevar a cabo esta traducción al español, aunque no vio la luz editorial debido a que las autoridades religiosas de la época no concedieron el nihil obstat por la prevención que provocaba la sola evocación de un filósofo musulmán, aunque fuese Averroes. Ahora, con el descubrimiento del legado familiar de Quirós, ha podido recuperarse el original y una segunda copia entre sus efectos personales que solo esperan la iniciativa y el


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