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EJERCITO 923

Grupo de convalecientes con una enfermera. (Foto cedida por el autor) Valores  /  9 su apostolado clínico-humanitario. Éxito fulminante y felicitaciones en cascada. Del Ayuntamiento melillense, el binomio Montesino-Angoloti obtuvo la cesión de un nuevo grupo escolar. Segunda serie de esfuerzos ímprobos e inauguración de la ilusión compartida con enfermeras afincadas en Melilla: Cristina Navarro Morenés, hija del general Felipe Navarro —cautivo en Axdir tras sobrevivir al holocausto habido en Arruit el 9 de agosto— y María Fuencisla de la Paz Orduña, hermana de Federico y Miguel, capitanes de Artillería, caídos en sus puestos de bravura con horas de diferencia: Federico en el espolón del incendiado Igueriben la tarde del viernes 21 de julio; Miguel en las cadavéricas colinas de Annual a mediodía del sábado 22. Aquel segundo hospital de la Cruz Roja se inauguró el 26 de septiembre; fecha coincidente con la hombrada del general Cavalcanti, libertador de la sitiada Tizza junto con el capitán Mariano Aranguren, evitándose así otro Igueriben, menguado en muertos, no en gestas. Para entonces las alabanzas a lo conseguido por Carmen Angoloti y sus abnegadas compañeras sobresalían en las actas del Congreso de los Diputados. La España parlamentaria rendía homenaje a las enfermeras de la Cruz Roja; mujeres de patria, fe y bandera. CUADROS DE HONORES Y EJEMPLARIDADES: LA MEMORIA NUNCA PRESCRITA Los triunfos sanitarios de Angoloti y sus leales enardecieron a un país abatido tras la reocupación de Monte Arruit. Aquel 24 de octubre de 1921, la visión de aquellos dos mil seiscientos dieciocho cadáveres (2.618) momificados aniquiló cualquier esperanza de hallar con vida a los desaparecidos en Annual y las otras 134 posiciones arrasadas. Se rezó por los muertos y solicitaron nuevos recursos para los heridos o enfermos. La España de la reina Victoria Eugenia probó su formidable capacidad de reacción ante los espantos del Rif. Los hospitales brotaron como almendros en flor por todo el país: en Cartagena (dos entre 1921-24); Bilbao (reformado en 1922); en Málaga (dos ampliados en 1921-23), los de Arcila, Larache y Valencia (en 1923-24); los tres de San Sebastián (ampliados en 1921- 24); Ceuta y Tetuán (reformados en 1924-25); Burgos y Madrid (abiertos dos en la primera y reacondicionados los tres de la capital 1922-28); Cala Bonita (Alhucemas), inaugurado en 19278. Solo faltan por destacar las identidades que hicieron posible aquella hazaña clínico-asistencial: Damas enfermeras presentes en los hospitales de Melilla y dispensarios del Rif Central (1921-27) (Por orden alfabético de sus patronímicos, sus nombres de pila llevan, implícito, el preceptivo «Doña») -- Abellán Calvet, Catalina (hasta sept. 1921) -- Alonso, María de las Mercedes -- Azorín de Pérez-Núñez, Juana -- Barrios y Tifiño de Oteiza, Eugenia (hasta sept. 1921) -- Benavente y Bárbara, María -- Bernaldo de Quirós, Rosario -- Carcaño, María A. de -- Cervilla de Écija, Petra -- Fernández de Cañedo Zorrilla, Rita -- Fernández de Castro, María Valeria -- Galán (viuda de) -- Heredia y Grund, Concepción (hasta sept. 1921) -- Iribarren Cuartero (viuda capitán Luis Ostáriz), Irene -- Jordán de Urríes, Pilar -- López Maurín, Elvira -- Luque y Maraver, Concepción -- Merino y González, María -- Merino y González, Mariana -- Merry del Val Ramila, Carmen -- Navarro Morenés, Cristina


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