HIISSTTORRIIAA PPAARRAACCAAIIDDIISSTTAA MIGUEL CORREA “MIGUELITO” CON NOSOTROS Con el paso de los años ganaste fama, reputación y muchos amigos. Vivías sólo para servir a los Paracaidistas, en el viejo cuarto del Príncipe. Allí hacías tu vida, entre ese cuarto y la cocina. Las nuevas leyes (personal civil) hicieron que entre la mediación del Teniente Coronel de la Bandera, se te reconocieran tus derechos de tantos años, hasta tu obligada jubilación. Que recuerdos Miguelito, cuando nos traías café con leche y pastas a la Guardia de Seguridad; que firmeza en tu voz y cuanto respeto en tus palabras con todos los suboficiales, muchos de nosotros sargentos recién llegados, que agradecíamos aquel bendito café con leche en las noches de servicio y alguna que otra historia de antaño. Tenías tu cuarto lleno de fotos de todos los mandos que habían pasado por la Bandera o por el Príncipe; querías que en todas ellas figurara una dedicatoria a tu persona. Ese era tu premio a los servicios, la hermandad y la amistad. Imagino que nuestro Dios y Jefe Nuestro te tiene allí en la cocina celestial, para que sigas sirviendo a todos nuestros caídos paracaidistas y aquellos que sirvieron en las fuerzas paracaidistas y han abandonado este mundo terrenal, allí estarás tú, en las puertas del cielo para darles la bienvenida. Gracias, por tu amor a la Boina Negra. DESCANSA EN PAZ. 61 Te nos has ido en silencio, sin decir nada, pero tu historia con los paracaidistas perdurará hasta el fin de los días. Dicen quienes más te conocían, que eras un hombre muy peculiar, que enseguida hubo feeling entre tú y los “paracas” allá por la década de los 60. Tu historia empieza cuando impartías clases de judo a los “paracas”, pues eras cinturón negro, compaginado con que eras un proveedor habitual de las distintas Banderas que rotaban cada 2 años. Al final el trato aquel se hizo tan familiar y tan querido por todos, que fue imposible romper esa amistad. Y tanto cariño hizo que el entonces Teniente Coronel Jefe de la 1.ª Bandera, (tu Bandera), Federico Cirujeda Guardiola en atención a todos los méritos y circunstancias que concurrían en tu trabajo, amistad y buen hacer, te requirió para el puesto de ranchero, primero exclusivamente para la Bandera y con ellos te viniste a Alcala de Henares. Después con los diferentes cambios en la BRIPAC, te convertiste en el ranchero del Acuartelamiento “Príncipe-Lepanto” Aquellos años fueron años duros, difíciles, los Paracaidistas empezaban a darse a conocer, la Agrupación de Banderas se quedaba pequeña de tantos voluntarios que entraban en sus filas, y tu mayor satisfacción era darles de comer. Bg. Álvaro (BCG)
BOINA NEGRA 291
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