Page 36

EJERCITO 924

que están inmersas, son capaces de desplegar una actitud constructiva, esperanzadora y optimista de forma estable nos sentimos invitados a dar lo mejor de nosotros mismos y contribuir en ese sentido a que el clima de trabajo sea óptimo. Utilizamos todos la misma moneda. Cuando cometemos algún error sin importancia o cuando este es de mayor dimensión, encontrarnos acompañados por alguien que nos sostenga el ánimo, nos haga ver lo acontecido con la mejor mirada para obtener el mayor aprendizaje posible y nos anime a levantarnos del tropiezo es estímulo para que reaccionemos mejor y nos superemos a nosotros mismos en sucesivas situaciones. Las dos dimensiones anteriormente abordadas (afecto y re-conocimiento) solo son posibles si tenemos trabajada en nuestro interior una actitud positiva que las envuelva. Imaginemos que vamos en familia en carretera con el coche cargado y notamos que hemos pinchado. La realidad es que la rueda perdió presión y debemos cambiarla para continuar la marcha. Ante este escenario tenemos dos opciones básicas: a) bajarnos del coche enfadados y contrariados, maldecir la circunstancia, 36  /  Revista Ejército Nº 924 • abril 2018 abrir el maletero, descargar el equipaje y sacar la rueda de repuesto refunfuñando para cambiarla protestando por lo mucho que nos estamos manchando, el esfuerzo que supone y el retraso que nos genera, o b), bajarnos del coche serenos, observar la circunstancia como un escenario Según Aristóteles somos lo que hacemos día a día, de forma que la excelencia no es acto, sino un hábito


EJERCITO 924
To see the actual publication please follow the link above