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EJERCITO 924

Felipe V de España. Él fue el primer Borbón e introductor de los primeros cambios en la Infantería española de los Austrias Documento  /  79 tercios. La Real Ordenanza de 10 de abril de 1702 dio entrada a nuevas unidades y empleos. El tercio fue sustituido por el regimiento, compuesto por batallones, y estos, a su vez, por compañías. El nombre de regimiento había sido ya utilizado en la organización militar española para designar los cuerpos creados en 1632 y puestos bajo el mando de grandes de España, mientras que el de batallón se había exportado tiempo atrás a Francia, quien nos lo devolvió en 1702 aunque con otro significado; ambos términos aparecían ya en las Ordenanzas de 1632. Cada batallón debía tener compañías, incluida la de granaderos, especialidad creada en 1685. En cada compañía formaban los mismos mandos que habían existido en los tercios: capitán, sargento y cabo, a los que se añadieron un teniente (o lugarteniente, mano derecha del capitán y segundo jefe de la compañía) y un segundo teniente. Desapareció el empleo de alférez en la infantería al suprimirse las banderas de las compañías y asignarse a los batallones para utilizarlas como señales para facilitar los despliegues y cambios de formación. Entre los 50 hombres que debían componer una compañía estaban dos sargentos, 37 arcabuceros, 10 piqueros y un tambor. La plana mayor regimental estaba compuesta por un maestre de campo o coronel, un teniente de maestre de campo o teniente coronel, un sargento mayor, un ayudante, un capellán y un cirujano. En la nueva organización habían desaparecido los históricos pífanos o «pitos» de los tercios, que no volverían a aparecer en plantilla hasta 1759. Además de las compañías de fusileros y granaderos existían en el regimiento otras de carácter especial de las que eran propietarios en el primer batallón el coronel y el teniente coronel y en los demás el comandante; todas ellas desaparecerían en 1760. En 1703 se modificó el armamento de la infantería y fueron sustituidos el arcabuz y la pica por el fusil armado de bayoneta. A los regimientos de infantería de línea había que añadir los de guardias de infantería española y walona, con igual composición que los primeros y creados por la Real Ordenanza de 29 de septiembre de 1704 con el fin de servir de protección a la real persona, como también de prestar sus servicios en los ejércitos. Cada uno de los 36 regimientos que componían la infantería se reconocían por el nombre del coronel que lo mandaba. Otra Real Ordenanza, la de 28 de septiembre de 1704, trató de corregir las diferencias que hasta entonces había habido entre las fuerzas españolas, italianas, irlandesas y walonas, para lo cual estableció un reglamento común. El número de compañías por batallón pasó de 13 a 12, manteniéndose a 50 hombres y siendo los mandos de esta un capitán, un teniente, un lugarteniente (segundo teniente o subteniente), dos sargentos, tres cabos de escuadra y tres segundos cabos, dos carabineros o fusileros con fusil rayado, un tambor y 39 soldados. La plana mayor regimental estaba formada por un coronel, un teniente coronel, un sargento Poco a poco irían transformándose nuestros antiguos y gloriosos tercios


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