LAS ORDENANZAS DE CARLOS III Y LA ARTILLERÍA ESPAÑOLA INTRODUCCIÓN «QVIEN A MY RREY OVEDECERA DE MI SE GUARDARÁ». Este lema, grabado en un cañón de 18 cm (unas 40 libras de castilla) fundido por maese Bartolomé, probablemente en Málaga entre 1502 y 1512, por don Fernando II de Aragón y V de Castilla1, es un ejemplo claro y premonitorio de lo que supondrá la artillería como medio de guerra, dentro del proceso de estatalización de la violencia, para convertirla en un instrumento político2 y que llegará a su plenitud en el período 1880-1930, con lo que Eric Hobsbawn denomina «la diplomacia de los cañones»3, que por su «poder de sostener la paz y la guerra»4 llevará a Europa a la hegemonía mundial. Hasta llegar a ese cénit habrá que recorrer un largo camino de «aprendizaje por la práctica»5, en el que, junto con el 88 / Revista Ejército nº 924 • abril 2018 conocimiento científico, habrá un movimiento paralelo de sistematización y ordenamiento por parte de los Estados que palien todas las necesidades tácticas y estratégicas. Las más longevas de las Ordenanzas militares españolas, las promulgadas en 1768, fueron una recopilación de todas las existentes en los ejércitos de la época, añadiéndose reglamentaciones, órdenes y tradiciones. En realidad, la afirmación es cierta, aunque con matices. Efectivamente fue una recopilación, pero no de todo lo anterior, sino que recogió los valores que sustentan el servir a la patria y al rey a través de sus ejércitos y al mismo tiempo plasmaron los derechos y deberes de sus integrantes, añadiéndose a todo ello una importante parte de organización militar, tanto en operaciones como en la vida de guarnición, además con una signifi- Rafael Vidal Delgado Coronel. Artillería Las reglamentaciones para la artillería siempre se han referido al servicio de las piezas, así como a la fabricación de pólvoras y demás armamento del Ejército. Las Ordenanzas de Carlos III siguen la misma pauta, al establecer normas para el servicio y la vida en guarnición, equiparando a los artilleros al resto del Ejército pero sin tener en cuenta el servicio en fuego ni la fabricación de pólvora y armas. Cañón de 24 libras de 1780
EJERCITO 924
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