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REVISTA EJERCITO ESPAÑOL 925

Paracaidistas alemanes desembarcan una motocicleta de un avión de transporte Junkers Ju-57 Operaciones  /  31 Triandavillov1 desarrollaron el concepto de «batalla en profundidad», donde las unidades paracaidistas tendrían que jugar un papel importante actuando sobre la retaguardia enemiga. En Alemania, prácticamente en paralelo al desarrollo de los conceptos de blitzkrieg se constituyeron unidades paracaidistas cuyo concepto de empleo se basaba en lo que pueden denominarse acciones de «golpe de mano estratégico». Siguiendo ese concepto, en 1940 en las operaciones de invasión de Dinamarca, Noruega y Holanda se realizaron lanzamientos paracaidistas seguidos de operaciones de aerotransporte sobre puntos críticos. La entidad máxima de las unidades paracaidistas empleadas fue de un batallón. La mayoría de estas acciones, limitadas tanto en objetivos como en entidad de fuerza, se tradujeron en éxitos tácticos, del que el más conocido es la captura del fuerte Eben Emael durante la invasión de Holanda. «Los fallos de la operación (Creta) se debieron a razones ajenas a la naturaleza de las unidades empleadas, principalmente porque se subestimó la entidad del enemigo que debía oponerse» Aplicando el mismo concepto de empleo, los alemanes lanzaron la invasión de Creta en 1941. Esta operación, de mucha mayor envergadura, estuvo a punto de fracasar, y aunque finalmente se consiguió el objetivo de ocupar la isla, no fue sino a costa de grandes pérdidas. Aunque entramos en el campo de las conjeturas, la alternativa de una operación anfibia posiblemente hubiera implicado pérdidas igualmente elevadas y seguramente hubiera proporcionado un resultado más incierto. En cualquier caso, los fallos de la operación se debieron a razones ajenas a la naturaleza de las unidades empleadas, principalmente porque se subestimó la entidad del enemigo que debía oponerse. Este enemigo, por otra parte, estaba suficientemente alertado de la realización de la operación, que no contó con el elemento clave del factor sorpresa. Ambos factores, enemigo superior a lo estimado y pérdida de la sorpresa, fueron determinantes para el gran volumen de pérdidas que sufrieron los alemanes en la operación. Creta supuso el fin del empleo de las fuerzas paracaidistas alemanas como tales siguiendo el concepto de «golpe de mano estratégico», con la excepción de la operación de liberación de Mussolini, realizada por una unidad de operaciones especiales paracaidista en septiembre de 1943. Por parte aliada, el concepto de empleo contemplaba igualmente acciones de anticipación sobre puntos sensibles de la retaguardia enemiga pero utilizando unidades de mayor entidad. De alguna manera, los británicos y norteamericanos planteaban una combinación de las teorías soviéticas de acción en profundidad con las alemanas de golpe de mano estratégico. En general, las operaciones de gran envergadura realizadas supusieron éxitos tácticos limitados con costes elevados. Tanto en la operación Husky, en Sicilia, como posteriormente durante la operación Avalancha de desembarco en la península italiana, las operaciones aerotransportadas realizadas en apoyo al desembarco alcanzaron sus objetivos aunque con fuertes pérdidas, debido nuevamente a una deficiente evaluación del enemigo en presencia y de las condiciones meteorológicas. El procedimiento de empleo de lanzamientos y aerotransportes en apoyo a la operación de desembarco se aplicó igualmente en Normandía, donde los norteamericanos lanzaron 24.000 hombres de las divisiones 82 y 101 utilizando más de 1.500 aviones y unos 500 planeadores. En esta ocasión las unidades sufrieron una enorme dispersión, lo que dificultó


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