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REVISTA EJERCITO ESPAÑOL 925

El sucesor de Mauricio, su hermano Federico Enrique, intentó socorrer la ciudad, pero no se arriesgó a un asalto a las fortificaciones españolas. A la vez, desde el interior, Justino intentaría un asalto para abrir brecha en el sistema de cerco español, nombrando para encabezarlo al coronel inglés Francis Vere, veterano de la batalla de las Dunas. Tras duros combates el intento fracasó. Federico Enrique había permanecido pasivo, sin atreverse a entrar en combate. Levantaría su campamento el 7 de mayo, abandonando Breda a su suerte. Perdida toda esperanza de socorro, acuciado por el hambre y las enfermedades, Justino de Nassau se rindió en junio tras un asedio de 11 meses. Las condiciones de la capitulación fueron muy generosas, pues se respetaron la vida y las posesiones de los habitantes de Breda y se permitió a la guarnición abandonar la plaza con sus armas y equipo. Quizás esto inspiró a Velázquez. Breda fue la victoria más importante de Spínola y también una de las últimas de España en la guerra de los Ochenta Años. Breda fue recuperada 74  /  Revista Ejército nº 925 • mayo 2018 en 1637, dos años después de la realización del cuadro. EPÍLOGO Ambrosio Spínola figura con letras de oro entre los grandes capitanes de los tercios, unidades militares que asombraron al mundo durante casi dos siglos. Desde el Ejército del Gran Capitán hasta aquel aciago día de 1643 en que los tercios fueron derrotados en las inmediaciones de Rocroi, y aunque siguieron las victorias, supuso un punto de inflexión en su dominio de los campos de batalla al acabarse de alguna forma el carácter invicto de los tercios. Sirvió a su rey con lealtad y honor durante 26 años y ayudó a mantener las posesiones de España en aquellas tierras lejanas del norte con su genio militar y su fortuna, que no dudó en empeñar para mantener a sus soldados. Sus hazañas figuran en la historia. Su genio militar le llevó a ser admirado incluso por sus enemigos. Lástima que, como ha ocurrido con otros grandes hombres, sufriera el abandono de su soberano por las artes de su influyente valido. Vista general del sitio de Breda No obstante, quedan para el recuerdo su ejemplo y sus hazañas y, para corroborarlo, la obra de nuestro genial pintor sevillano Diego de Silva Velázquez, que conmemora una de sus grandes victorias en la que nos muestra a un general vencedor y respetuoso con el enemigo rendido, como una especie de alegoría a que, una vez terminada la batalla, hay que aliviar la tensión y unir esfuerzos entre todos para construir la tan ansiada paz. BIBLIOGRAFÍA -- Carrazola, A.: Spínola: un genovés en Flandes. Madrid Gran Capitán, 1946. -- Aguirre Prado, L. Ambrosio Spínola. Publicaciones españolas, 1959. -- Lefèbre, J.: Spínola et la Belguique (1601-1627). La Resaissance du Livre. -- Rodríguez Villa, A.: Ambrosio Spínola, primer marqués de los Balbases. Madrid, 1905. -- Portus, J.: El Palacio del Rey Planeta. Felipe IV y el Buen Retiro. Museo del Prado. 2005. -- Vázquez García, J. y Molina Franco, L.: Grandes Batallas Españolas. TIKAL ediciones.■


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