Page 194

REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2018

LIBROS Y REVISTAS das, son mucho menos conocidos que don álvaro de Bazán y guzmán, apodado El Mozo. El tercer y el cuarto capítulos dan paso al siglo xvII y están dedicados respectivamente a pedro de zubiaur, que se distinguió en la campaña de Bretaña y en los intentos para hacer realidad la gran ocasión perdida en Irlanda, y a Juan gutiérrez de garibay, vencedor del combate de la isla de pinos, al sur de Cuba, y destacado contribuyente al estruendoso fracaso de la última «Contraarmada» inglesa; un gran marino que cruzó el Atlántico 16 veces, llevando las correspondientes flotas de Indias a España sin perder ninguna. Los capítulos quinto y sexto nos hablan respectivamente de fadrique de Toledo y de Antonio Oquendo. Don fadrique cosechó grandes éxitos en las recuperaciones de Bahía de Brasil y de la isla de San Cristóbal, gestas inmortalizadas en dos de los grandes lienzos de batallas que colgaban en el Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro y que hoy pueden verse en el Museo del prado. Después de alcanzar la gloria, su enfrentamiento con el conde-duque de Olivares le llevó a prisión, muriendo en completa desgracia, una descomunal injusticia. Antonio de Oquendo conoció también las mieles de grandes victorias, como la de pernambuco, aunque al final, tras ser enviado a una misión imposible, fue derrotado en Las Dunas. A continuación el libro aborda las contribuciones de ángel Laborde y Navarro, un marino ilustrado cuyos restos descansan en el panteón de Marinos Ilustres y que destacó tanto en la guerra —en los combates de puerto Cabello y de Maracaibo— como en la ciencia y en la docencia. Continúa el texto con Jacinto Romarate y Salamanca, que también se distinguió de forma sobresaliente en las batallas de la Emancipación, con sus victorias en San Nicolás de los Arroyos, en Martín garcía y en el Arroyo de la China. Los tres últimos capítulos están dedicados a tres marinos bien conocidos, pero que cuadran claramente en el grupo de los no suficientemente reconocidos por sus destacados logros en diversos ámbitos: Joaquín Bustamante y Quevedo; José ferrándiz y Niño y Jaime Janer Robinson. Tanto Joaquín Bustamante como Jaime Janer, ambos muertos en combate, reposan merecidamente en el panteón de Marinos Ilustres; José ferrándiz, varias veces ministro de Marina, excepcional organizador e impulsor de las construcciones navales, pidió expresamente que no se llevara a cabo el traslado de sus restos mortales al citado panteón, donde por sus méritos tenía sin duda un lugar reservado. Agustín R. Rodríguez gonzález, doctor en historia, académico correspondiente de la Real Academia de la historia, conferenciante y asiduo colaborador de la REvISTA gENERAL DE MARINA, nos ofrece con este nuevo libro, ameno y de fácil lectura, una nueva contribución de su permanente empeño en reivindicar el excepcional legado de nuestra historia naval al presentarnos, con rigor académico y gran atractivo literario, la vida de un conjunto de grandes y olvidados marinos de la Real Armada, en la confianza de que otros 2018 605


REVISTA GENERAL DE MARINA ABRIL 2018
To see the actual publication please follow the link above