Page 121

Revista Ejército 927

Hemos leído  /  121 CIBERRATONES EN EL LABERINTO ¿Cómo se puede saber si un ratón, con un dispositivo conectado a su cerebro, está bajo el control de una persona mientras está en un laberinto? Pues, una forma es hacerle pasar cerca de una sexy dama ratón y cerca también de una tentadora pila de comida; si no se para ante esas dos «tentaciones» y sigue su camino hasta el final del laberinto significa que ese ratón está bajo control. En un humano, eso no estaría tan claro pero en un animal, que se mueve por instintos, la cuestión parece más evidente. Este experimento, realizado por un equipo de investigadores coreanos tiene su importancia y es un gran paso para aplicar estas técnicas en un importante abanico de operaciones militares y civiles. El equipo de investigadores manipuló a sus «ciberratones» colocándoles un casco que tenía un doble propósito: contener un hilo de fibra óptica que penetraba en el cráneo para estimular esa región del cerebro que nos hace desear objetos y, también, el de suspender un objeto frente a la cabeza del ratón. Además, utilizaron un control remoto para guiar los movimientos del ratón. Al enviar una señal al casco, podían encender el estimulador cerebral y hacer que el ratón corriera hacia adelante o poder mover el objeto suspendido hacia la izquierda o hacia la derecha, guiando así al animal hacia los giros de izquierda o derecha. El ratón, que es macho y está muy motivado, sigue de forma apresurada hacia ese objeto deseable pero llega a descubrir que siempre está fuera de su alcance. Al ratón se le hizo pasar a través de un laberinto con siete componentes diferentes, que incluían desafíos físicos, como una escalera de malla, y las «tentaciones» de una hembra ratón en celo y un plato de comida. El ratón se mueve haciendo una serie de líneas rectas y giros decisivos, siguiendo exactamente el camino que le marcan los investigadores. Los resultados de este experimento, que fueron impresionantes, han sido publicados en la revista Nature Neuroscience. Los investigadores imaginan el despliegue de animales cibernéticos para mapear zonas de desastre y ayudar en operaciones de búsqueda y rescate. También sugieren que su tecnología podría proporcionar a las personas un control más preciso sobre los animales de trabajo existentes, como las ratas que detectan minas terrestres y perros detectores de drogas. Finalmente, imaginan que los militares podrían querer que las aves controladas a distancia puedan sobrevolar territorio enemigo para realizar reconocimientos. La pregunta de si esta técnica se puede aplicar en humanos, además de alarmante en sí misma, no tiene una respuesta clara porque el cerebro humano es bastante diferente del cerebro de otros mamíferos. Es cierto que los investigadores observan que las estructuras cerebrales involucradas en el deseo de objetos se desarrollaron tempranamente en la evolución de los vertebrados y por eso podría ser utilizada en el cerebro de otros mamíferos. La colocación de fibra óptica en el cerebro humano y el estudio del circuito cerebral de los deseos en los humanos podría ser útil y arrojar luz sobre los trastornos neuropsiquiátricos en los que ese circuito no funciona bien, como es el caso de las personas que acaparan o el caso de la cleptomanía. De momento dejémoslo en los animales y veamos cuál puede ser su parte beneficiosa. («Reserchers Steer Cyborg Mice Through Maze with Brain Stimulation » por Eliza Strickland en https://spectrum.ieee.org) Ricardo Illán Romero Teniente coronel. Infantería


Revista Ejército 927
To see the actual publication please follow the link above