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Revista Ejército 927

Lo que sale del corazón debe ir acompañado de la razón Valores  /  25 las acciones y actividades que conforman el camino de alcanzar el objetivo sin juzgarlo y sin criticarlo, sino viendo todo como un horizonte de oportunidad en el que desarrollarnos personal y profesionalmente. c.) Ama para quién lo haces: acéptale. Sean conocidos o desconocidos, nos resulten cercanos o ni siquiera sepamos quiénes son, es altamente recomendable darle un sentido de trascendencia al objetivo por sencillo y pequeño que sea. Es muy distinto lograr algo para la satisfacción propia (que es muy respetable) que alcanzarlo dándole un sentido que va más allá de su simple consecución y supone darle un sentido de servicio a favor de los demás. Hay una pregunta muy clarificadora: ¿te estas sirviendo a ti mismo o a una causa, a una misión? Así pues, con todo esto en la mochila como equipamiento para esta andadura, podemos hacernos cuatro preguntas que nos ayudarán a mantener el rumbo de nuestro coraje. Estas cuatro preguntas se convertirán en la espina dorsal de las acciones que llevaremos a cabo y que, forman parte de un círculo virtuoso de motivación y liderazgo personal desde el que podemos convertirnos en ejemplo inspirador: I. ¿Cuál es mi objetivo? Este objetivo debe ser realista, alcanzable, retador y desafiante, y a la vez debe conectar con un sentir profundo similar a una llamada interior que necesita ser atendida y respondida. Un objetivo que, si bien puede llegar a ser abstracto, conviene concretarlo al máximo. II. ¿Qué me falta para conseguirlo? Una pregunta que es interesante responder sobre todo en lo que a la dimensión interna de cada uno se refiere. Puede faltarnos seguridad en nosotros mismos, cierta habilidad con una materia, una actitud determinada que nos cuesta desplegar, la capacidad de asumir riesgos a la hora de tomar decisiones, la experiencia necesaria, el compromiso adecuado sostenido en el tiempo, la motivación suficiente para afrontar el reto, una dosis adicional de humildad, etc. También se puede dar el caso de que lo que nos falte sean recursos económicos u otros medios. Recordemos que si decimos «no tengo tiempo» podríamos estar en un autoengaño y realmente lo que nos faltan son ganas. III. ¿Qué opciones tengo? Dentro del abanico de opciones a las que podemos acceder, es necesario que sepamos valorar de forma realista cada una de ellas y optar por las que mayor valor nos aportan como personas y mejor contribuyen al proceso en el que vamos a estar inmersos. Las opciones tendrán que ver con dos dimensiones: a) la dimensión interior y b) los medios o recursos que necesitaremos. Es importante que prestemos significativa atención a la dimensión interna, ya que la motivación, el autoconcepto y la autoconfianza serán claves en el camino que recorramos. En ocasiones, las opciones tienen cierta relación con tragarnos egos y orgullos que nos nublan la per-


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