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Revista Ejército 927

Instrucción  /  49 El JFX MOPEX-18 es un ejercicio conjunto de puestos de mando de nivel operacional y táctico, con activación de una estructura de mando y control que integra a los mandos componentes. Su finalidad, además de certificar la capacidad operativa del MOPS es también el adiestramiento de la estructura operativa de las Fuerzas Armadas. Este ejercicio será la principal actividad nacional de adiestramiento de la Fuerza Conjunta para el año 2018. El escenario recreará un conflicto de alta intensidad, para ello, en el JFX MOPEX-18 van a intervenir 1.300 militares del Ejército de Tierra, Armada y Ejército del Aire, que estarán desplegados en cinco localizaciones diferentes —Pozuelo de Alarcón, Burgos, Rota, Torrejón y Valencia— trabajando integrados con cinco Sistemas de Mando y Control y 10 bases de datos diferentes. De esta forma, se pone de manifiesto el trabajo conjunto de las Fuerzas Armadas, que ha ido creciendo según la evolución del MOPS desde su creación en 2005. También, constituye una demostración de su voluntad permanente de hacer frente a los riesgos y amenazas de naturaleza cambiante definidos en la Estrategia de Seguridad Nacional. Por su parte, el CGTAD constituirá el cuartel general del mando componente terrestre, directamente subordinado al MOPS, activando para ello su puesto de mando principal. Uno de los grandes desafíos del ejercicio JFX MOPEX-18 es, de hecho, la integración de los sistemas y procesos operacionales con los tácticos. En particular, la integración de los distintos sistemas de mando y control de los mandos componentes y la de los procedimientos de reconocimiento, vigilancia e inteligencia conjunta (JISR), de los de targeting conjunto, o la integración de los procedimientos de valoración y análisis de campaña (assesment) y de influencia; sin dejar de lado, por supuesto, el desafío del planeamiento y conducción logística. Todo ello para conseguir que la estructura operativa de más alto nivel de las Fuerzas Armadas españolas alcance unos procedimientos coordinados y aptos para ser empleados en todo el espectro de misiones que le puedan ser asignadas. LA OPORTUNIDAD EN LA TOMA DE DECISIONES El Estado Mayor del mando componente terrestre se organiza internamente para conseguir dos objetivos principales: facilitar que su comandante (teniente general jefe del CGTAD) pueda tomar las decisiones que precisa el desarrollo de las operaciones y dar forma a estas decisiones de manera ágil y efectiva. Para ello utiliza dos herramientas fundamentales: el ritmo de batalla y la gestión de la información. El ritmo de batalla (RB) debe ser entendido como un conjunto de actividades y procesos, ordenados de una forma lógica y secuencial, para apoyar el ciclo de decisión1 del comandante en la consecución de la misión asignada. La complicación reside en incardinar y engranar los ritmos de batalla del nivel operacional (mando de operaciones) con el del nivel táctico (Mando Componente Terrestre), teniendo en cuenta que el ritmo o tiempo de las operaciones de ambos niveles no tiene por qué ser el mismo. La segunda herramienta clave es el plan de gestión de la información y del conocimiento2, diseñado para facilitar al Estado Mayor la oportuna realización de las acciones necesarias para recopilar, organizar, compartir y evaluar la información en todo momento, con la tecnología adecuada, así como garantizar un adecuado conocimiento de la situación que favorezca la toma de decisiones. En relación con el personal, el puesto de mando del mando componente terrestre se constituye con aproximadamente 300 militares, diseñado con el objetivo de cubrir las necesidades operativas de un puesto de mando de nivel cuerpo de ejército con el mínimo número de personal de aumento. Para su cobertura se ha empleado al personal del CGTAD en su conjunto, lo que ha requerido la asignación de determinado personal específico, perteneciente a otros mandos y unidades, que se considera necesario bien para completar sus capacidades, bien para reforzar las que van a ser específicamente adiestradas durante el ejercicio JFX MOPEX-18. Esta acción presenta un doble objetivo: desarrollar adecuadamente los cometidos del mando componente terrestre, ordenados por el mando de operaciones, así como instruir al personal, de forma que los conocimientos y experiencias adquiridas puedan revertir en sus unidades de origen. LA GESTIÓN DEL ESPACIO AÉREO Para conseguir los efectos que nos permitan alcanzar los objetivos operacionales y una eficaz integración de los apoyos de fuego en la maniobra es necesario coordinar y gestionar adecuadamente el empleo del espacio aéreo. Este complejo proceso de gestión e integración se inicia ya en el planeamiento y requiere de unos adecuados elementos de enlace y coordinación entre mandos componentes para lograr un eficaz empleo de las capacidades de todos ellos en apoyo mutuo y en beneficio conjunto. De hecho, una de las fases más complejas del ciclo de gestión de objetivos o targeting, la fase de ejecución de las acciones letales, exige una minuciosa integración del fuego indirecto en el espacio aéreo. El puesto de mando del mando componente terrestre se constituye con aproximadamente 300 militares


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