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Revista Ejército 927

se solicitaba soldados o infantes y si eran para las milicias, en el que se hacía constar: milicias. De que se trata de un tercio de la Infantería Española parece prueba irrefutable la mesada de fecha 24 de enero de 1664, en el que se detalla la relación de los sueldos por el Ejército de Galicia2, cuya transcripción es la siguiente: Relación de lo que importa una mesada de los sueldos de la Primera Plana de este Exto. de Galicia entretenidos cerca la persona del Capitán Genl. y Personas Particulares que gozan sueldo en él, por orden de SM, lo que importa el de la infantería y caballería española y de naciones que sirven en él, que es lo siguiente: Tercio de seiscientos hombres del Principado de Asturias… …La Paga de seiscientos infantes con que sirve dicho Principado para la formación de este Tercio que, si bien se alla con corto número de gente se supone reclutado para la campaña siguiente, a quatro escudos cada soldado. Importa 20400 escudos…»3. Si esto no bastara, será su propio maestro de campo, Don Sancho de Miranda y Ponce de León quien, en escrito dirigido a la reina Regente en fecha 27 de octubre de 1669, en lo referente a los servicios prestados por él en el Ejército de Galicia, lo aclara: … y en marzo de 660 noto licencia para España. Quatro años y cinco días en el Exercito de Galicia, dos veces con el puesto de Maestre de Campo de un Tercio de Infantería Española, auiendo gobernado con el Tercio que llego de Asturias, las Plazas de Tuy, Vigo y San Luis Gonçaga, y las de Santiago, Carrillo… 72  /  Revista Ejército nº 927 • junio 2018 ».4 «Aponderando», que diría un asturiano, encontramos en Simancas otro escrito, del 14 de mayo de 1703, en el que D. Sancho vuelve a exponer: SERVICIOS EN EL EXERCITO Y PRESIDIOS DE GALICIA: …Y aviendo venido a España con la licencia referida, paso a fervir al Exercito de Galicia, donde lo hizo tres años, onze meses, y cuatro dias con interpolacion, deide veinte y quatro de Mayo del año pifado de seiscientos y senta y tres, y que le sento la Plaça de Maestro de Campo vivo, del Tercio de Infantería Española del principado de Asturias cuya leva executo y fomento de orden de la reyna Madre Doña Mariana de Austria, con el zelo que en la brevedad fe experimentó5… ». 2. Como no pudieron demostrar su continuidad mediante las patentes de sus capitanes, los bien intencionados investigadores esgrimieron un criterio tan laxo que podría aplicarse a la hueste de don Pelayo: coincidencia geográfica y onomástica. En esta afirmación, parece existir cierto desconocimiento sobre los criterios establecidos por el Ejército de Tierra para la concesión de las antigüedades. Ese criterio tan laxo, tal y como lo califica el autor y que «bien intencionadamente » nos adjudica, no lo marcamos nosotros ¡ya quisiéramos!, sino que está establecido en un informe formulado por la Sección de Historiales del Área General de Estudios Históricos sobre alegaciones respecto a la antigüedad de diversas unidades recibidas en el Instituto de Historia y Cultura Militar según escrito de SEGENEME. Referencia 516-AI/341-L Nº 0417165666 de fecha 27 de febrero de 2004, que se transcribe literalmente: El criterio seguido, en todos los casos presentados, para fijar el origen de los Regimientos, al no existir siempre una continuidad ininterrumpida en el tiempo, ha sido el considerar el nombre propio de cada Regimiento como hilo conductor genealógico del mismo, no la ubicación de la Unidad, que ha cambiado constantemente a lo largo de la existencia de la misma». Por lo tanto, mientras no se modifique este criterio, las unidades tienen la obligación de seguir, y cumplir, las pautas señaladas por el Ejército ciñéndose a lo ordenado en la norma, y en este caso demostrar, como se exigió, que sí existió «el nombre propio como hilo conductor». Bandera sencilla, envejecida, del 1º batallón del Regimiento Asturias


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