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Revista de Historia Militar 123

ESTADOS, ESCALAFONES, ANUARIOS Y ESCALILLAS 111 siquiera ponerse de acuerdo ni siquiera en la elección de la imprenta. Todos los escalafones están impresos en Madrid, excepto los del Ejército de Ultramar, para lo que se utilizaron muchas de las imprentas civiles de la Capital, sin ser asiduos de ninguna de ellas. Solamente en ocasiones se recurrió a las imprentas de carácter militar, como las pertenecientes a las Direcciones o Inspecciones Generales de las diferentes Armas y Cuerpos, la de El Boletín del Ejército4 o la del Depósito de la Guerra. En el siglo XVIII ya existían escalafones de Ingenieros, aunque manuscritos en un principio, mientras los de Artillería se retrasaron, a la vista de los que se conservan, al siglo siguiente. Se adelantaron ambos Cuerpos quizá porque al tener escalas cerradas era más fácil la confección de sus escalafones, al no producirse los avances originados por el cambio de antigüedad debido a la concesión de grados5. Desde 1840 la prensa militar recogía continuas quejas dirigidas a la Inspección de Infantería por la tardanza en la edición del escalafón de esta Arma, lo que llevaba consigo la imposibilidad de comprobar si la colocación en la escala se ajustaba a la antigüedad concedida a cada uno y así evitar toda sospecha de favoritismo. Aducía la Inspección la escasa utilidad de los escalafones debido a lo numeroso del personal y a sus continuos cambios de destino y empleo, a lo que se respondía pidiendo que se editasen semestral e, incluso, trimestralmente. En 1842 apareció el primer Escalafón del Arma de Infantería junto con el del Cuerpo de Administración Militar. En agosto de 1843 el Ministerio de la Guerra decidió publicar un periódico militar oficial titulado Boletín Oficial del Ejército, en el que deberían aparecer todos los decretos, circulares, reglamentos e instrucciones que se expidiesen, así como las promociones generales, recompensas, propuestas, ascensos, retiros, licencias y los escalafones de todas las armas, renovándose cada seis meses. Una vez concluida la reorganización y resuelta la antigüedad correspondiente a las gracias concedidas con motivo del alzamiento nacional, en enero de 1845 se ordena que con toda urgencia se formen los escalafones generales de cada Arma del Ejército, que deberían ser entregados en el Ministerio antes del 31 de marzo. En este mismo año verán la luz los escalafones de Caballería, Estado Mayor y Guardia Civil. 4  En agosto de 1843 el general Serrano, ministro de la Guerra, decidió que se publicase el Boletín del Ejército para dar a conocer las disposiciones oficiales de interés general y particular (decretos, circulares, reglamentos, recompensas, ascensos, retiros, etc.). 5  El grado era una recompensa honorífica consistente en la concesión del empleo superior al que se ostentaba y que fijaba la antigüedad para el ascenso al mismo. En los Cuerpos de escala cerrada (Artillería e Ingenieros) los grados que se concedían correspondían a las escalas de las Armas generales (Infantería y Caballería). Revista de Historia Militar, 123 (2018), pp. 111-148. ISSN: 0482-5748


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