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LA CONFERENCIA SOBRE LIMITACIÓN DE ARMAMENTO DE WASHINGTON... atenuar la polémica, negaba la intención francesa de emplear los sumergibles contra la flota mercante británica y propuso rebajar el arqueo de los submarinos a 80.000 toneladas, pero conservando la paridad franco-británica. Para evitar el fracaso de las negociaciones, el delegado norteamericano Elihu Root, exsecretario de Guerra y de Estado, presentó una resolución según la cual un sumergible no podría capturar un barco mercante sino después de una requisa a bordo, y no podría atacarlo sino después de que no se detuviera luego de que se le hubiera ordenado hacerlo: «No pudiendo capturarlo, deberá permitírsele continuar la ruta, y antes de destruirlo, poner en seguridad al pasaje; que todo oficial que infringiese estos preceptos, que son los del derecho de gentes, sería considerado y tratado como pirata» (41). La resolución no prohibía los sumergibles, pero ponía importantes restricciones a la guerra submarina. La comisión naval aprobó por unanimidad dicha resolución e invitó «a todas las restantes naciones a adherirse a este acuerdo» (42). Francia, Japón y Estados Unidos la aceptaron de inmediato, comprometiéndose los norteamericanos a «abstenerse de utilizar los submarinos en caso de una guerra entre dos de ellos» (43). Italia ratificaba también la resolución de Root (44). Sin embargo, desde las páginas de El Imparcial se tachaba de fracaso el convenio al no haber conseguido suprimir o limitar el número de submarinos. El diario madrileño justificaba, además, la intransigencia francesa aduciendo la indefensión de los débiles frente a las naciones poderosas. Asimismo recordaba el duro trance en que los sumergibles alemanes habían colocado al Reino Unido en la pasada guerra, lo que explicaba su pretensión de suprimirlos. Por último, auguraba un negro futuro a un acuerdo sobre los mismos: «… reducir el tonelaje de los nuevos barcos para que no surquen los anchos mares en busca de aventuras, y conservar los de tipo reducido para fines defensivos» (45). La no limitación de los submarinos permitió que continuara su construcción sin limitaciones. El Siglo Futuro y El Heraldo de Madrid informaban sobre el encargo de 111 sumergibles por parte de la Marina norteamericana un mes después de la conferencia. Las causas alegadas eran tanto la necesidad de defender las costas como la falta de cruceros exploradores (46). (41)  El Financiero, Semana Internacional, 20 de enero de 1922, p. 132. En Francia, firmada por Raymand Lestonnat, se publicó una crítica a esta resolución que alegaba tanto la posibilidad de trasladar impunemente soldados como la dificultad para un sumergible de apresar un barco de gran tonelaje. «Francia y los Tratados de Wáshington» (sic), en Revista General de Marina, t. LCV (octubre 1924), pp. 538-539; ANÓNIMO: El Tratado relativo al uso de submarinos y gases nocivos en la guerra, www.ibiblio.org/pha/pre-war (consultado por última vez el 11/02/2018). (42)  «La Conferencia sobre el desarme», en El Siglo Futuro, 7 de enero de 1922; «La Conferencia de Washington», en El Imparcial, 7 de enero de 1922. (43)  «La Conferencia de Washington. La redacción del Tratado naval», en La Época, 6 de enero de 1922. (44)  «El desarme universal», en La Correspondencia de España, 6 de enero de 1922. (45)  DIGES APARICIO, M.: «El submarino inspira grandes temores», en El Imparcial, 4 de enero de 1922. (46)  «¡Ya viene el desarme!», en El Siglo Futuro, 3 de marzo de 1922; «América proclama la legitimidad y eficacia de los submarinos y los franceses lo hacen notar así», en El Heral Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 19


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