Page 45

RHN 141

CARLOS PÉREZ FERNÁNDEZ-TURÉGANO pero paulatina se fueron dedicando mayores recursos económicos a las Brigadas, pues si importantes eran los demás cuerpos de la Marina (General, Guardias Marinas), también lo eran los artilleros. Veinte años después de la revista realizada por Mariani, el comisario provincial de Marina Luis Gómez y de la Vega efectuó otra en febrero de 1761 que dio como resultado un total de 421 miembros de las Brigadas: 2 jefes, 2 tenientes, 29 condestables, 29 primeros cabos, 25 segundos cabos, 2 tambores, 36 bombarderos, 125 artilleros y 171 ayudantes, todos ellos repartidos en ocho Brigadas (39). Las mismas ocho brigadas seguían existiendo dos años después, dándose la circunstancia de que el número de hombres, en sus diferentes empleos, que componían las Brigadas había aumentado de manera muy considerable. Así consta en un estado general de las que residían en los tres departamentos peninsulares, firmado el 10 de marzo de 1763 por Joseph Blanco Tizón, comisario general de Artillería de Marina. Gracias a ello podemos conocer el estado exacto del cuerpo a punto de iniciarse el último tercio del siglo: en Cádiz residían dos brigadas y media (la 1.ª y la 3.ª, y mitad de la 4.ª), que suponían 372 hombres cuando estaban completas, faltando en todo caso dos para completar los 374 necesarios para armar los navíos de dotación del departamento gaditano ―navíos cuyo nombre y número de cañones se detallaban―. En Ferrol había tres Brigadas (la 2.ª, la 5.ª y la 8.ª), con 337 hombres, y en Cartagena, las dos y media restantes (la 6.ª, la 7.ª y la otra mitad de la 4.ª), que suponían 372 hombres, lo que producía un exceso respecto de los necesarios de casi medio centenar (40). El Cuerpo de Artillería de Marina había adquirido con el transcurso de los años un prestigio del que no gozó en sus primeras décadas de funcionamiento. En ese momento, más de medio siglo después de su creación, la situación era muy otra. A las distintas banderas de reclutas que de manera continuada se realizaban por toda la geografía española, se apuntaba un número de hombres quizá superior al previsto en las Ordenanzas, por lo que en 1776 el marqués González de Castejón, recién nombrado secretario de Estado y del Despacho de Marina, se vio obligado a dividir alguna de las brigadas. A ello contribuyó necesariamente el hecho de que ahora los sueldos se pagaban con mucha mayor regularidad y los uniformes se suministraban en el momento necesario. El 19 de junio de ese año, Joseph Blanco Tizón, comisario general del cuerpo, escribía a Andrés Reggio, comandante del departamento gaditano, dando cuenta de los progresos en los aumentos de las brigadas: (39)  AGS, Secretaría de Marina, leg. 126. «Extracto de los Yndividuos de las Brigadas de Artilleria de Marina, formado según revista que en veinte y seis de Febrero próximo pasado les pasó el Comisario de Provincia de ella D.n Luis Gomez y de la Vega, y lo que consta de las Listas en que tienen sus ass.tos por las quales se lleva su cuenta y razón en la Contaduria pr.al de la misma Marina, como se declara en la forma siguiente». (40)  Ib., estado de todos los miembros de las Brigadas de Artillería de Marina que había en Cádiz, Cartagena y Ferrol, de 10 de mayo de 1763. 44 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 141


RHN 141
To see the actual publication please follow the link above