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aquella tierra. El San Miguel, mandado por el propio Hurtado, se perdió por encima de los 32º N. La escuadrilla había partido de Acapulco (1532) con instrucciones precisas: sobrepasar el territorio que pueda haber sido adjudicado a Nuño de Guzmán (Audiencia de la Nueva Galicia) y tomar posesión de las islas o tierra firme que hallara hasta 150 leguas, regresando para informar quizá del oro y perlas en pueblos de fuertes embarcaciones que habitaban en la isla Rica (NAVARRETE, 1884). Avanzaron doscientas leguas más y la MARIANO CUESTA DOMINGO Derrotero de Diego Hurtado de Mendoza (1532) gente se amotinó. Un navío volvió a Nueva España, y el San Marcos, con un grupo de rebeldes, había regresado desde algo más al norte de las islas Las Tres Marías hasta la bahía de Banderas, donde fueron aniquilados por los indios, salvándose únicamente dos; los que pudieron informar (HERRERA, 1993, II, pp. 364ss). Pero Cortés no iba a arredrarse por un fracaso. Sus Cartas y documentos acreditan que su interés por el Mar del Sur no declinó, y de su propio peculio ya estaba preparando la nueva expedición: dos naves que levaron anclas en Manzanillo (30 de octubre de 1533); dos meses después los barcos perdieron contacto. La San Lázaro se internó en el océano y fondeó en las islas de Revillagigedo. La Concepción siguió otro rumbo; Fortún Jiménez (HERRERA, 1991, III, pp. 367ss.) se rebeló, eliminó al capitán Diego de Becerra, y abandonó en la costa a los pocos que no le parecían de fiar en compañía de los franciscanos que los acompañaban. A continuación avanzó hasta sobrepasar las bocas de una rada y anclar en la bahía que otros, después, llamarían de Santa Cruz (puerto de La Paz). La cultura material de los indios con que se tropezaron era muy inferior a la de los de Tenochtitlan, y lo que creían una isla era en realidad el extremo de la península de California. Fortún Jiménez pagó con la vida los abusos de todos, y los supervivientes vagaron en su barco hasta tocar en tierra continental y caer en manos de Nuño de Guzmán, contribuyendo así a acrecentar la tensión entre el marqués y el gobernador (27). Hernán Cortés envío los tres navíos disponibles desde Tehuantepec hacia el norte y el Nuevo Reino de Galicia. Su proyecto era osado: enviar los barcos a las inmediaciones de la gobernación de Nuño de Guzmán mientras el marqués cruzaba Nueva Galicia. Fue el momento y lugar para crear una colo- (27)  Fue una rivalidad que afrontó Cortés con decisión y con su capital (CODOIN, xII, pp. 298ss.); las vicisitudes de la nueva expedición (1533) son relatadas en la Relación de Hernando Grijalva (CODOIN, xIV, pp. 128ss.), que navegaba bajo el mando de Diego Becerra. 80 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 141


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