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misiones internacionales «La prioridad del Gobierno somalí debe ser la creación de una Guardia Costera para atacar sus problemas en el mar» de Somalia y la posible persecución de sospechosos de piratería hasta estas aguas o aguas interiores. De todas maneras, hacemos lo posible por tener una idea lo más clara posible de lo que está sucediendo en tierra mediante vuelos de reconocimiento de los aviones de patrulla marítima y de los helicópteros embarcados, así como desde los buques de superficie a través de encuentros con los pesqueros de la zona o con las autoridades costeras. —La Unión Europea apuesta por la formación de guardacostas ¿con qué objetivo? —Como decía antes, cuanto más fuertes sean las capacidades de los países ribereños para mantener la seguridad marítima, mucho mejor. En el caso de Somalia, ha habido muchas discusiones sobre dónde debían poner el foco para conseguir esa seguridad que necesitan. La operación Atalanta cree, y así se lo ha hecho ver al Gobierno somalí, que la prioridad debe ser la creación de una Guardia Costera, en lugar de crear una Marina como tal. El problema actual de Somalia es más o menos policial, no tiene por el momento amenazas exteriores que puedan hacer necesaria la creación de una Marina, sino la piratería, el contrabando de armas, personas, carbón y drogas, así como el problema de la pesca ilegal. Para hacer frente a estos problemas, se debe estabilizar internamente el país, por ejemplo, para que no haya el descontrol actual en todo lo que se refiere a licencias de pesca, y crear una fuerza de guardacostas que pueda atacar el problema en la mar. La creación del servicio de guardacostas, bajo un ministerio que no fuera el de Defensa, facilitaría además la financiación por parte de agencias como la Unión Europea. —¿Se podrá llegar a erradicar la piratería en el Cuerno de África? —Yo soy siempre bastante optimista y quiero pensar que es posible, pero también creo que llevará mucho tiempo. Ya antes dije que todo va despacio en Somalia. Creo que lo que debemos hacer es apoyar la estabilidad política, ayudarles a trabajar por su seguridad y que esta seguridad facilite el desarrollo económico que traiga opciones de trabajo legales que les proporcione la posibilidad de tener una vida digna. —¿Qué conclusiones extrajo de su reciente visita a las instalaciones que el programa mundial de alimentos tiene en Yibuti? —Quedé muy impresionado. Hacen un trabajo extraordinario, no en vano han Visita a las instalaciones logísticas del programa mundial de alimentos de la ONU, en Yibuti. repartido 270.000 toneladas de alimentos en 2017. Pero, además, se implican en proyectos de ayuda a la población, como cursos de formación para que aprendan un oficio y contratación de mano de obra local. Mi impresión del personal a cargo de las instalaciones fue realmente buena, de una gran profesionalidad, con empuje y ganas de hacer cosas. Tuve, además, la oportunidad de coordinar con ellos para mejorar en lo posible el flujo de información necesario para poder prestar la protección a los buques que transportan su carga, ya que esa es la principal misión de la operación Atalanta. —España asume en marzo el mando de OHQ en Rota ¿Qué función tendrá este cuartel general? —Su misión será dirigir Atalanta, es decir planear y conducir la operación, bajo la dirección del Comité Político y de Seguridad de la Unión Europea, coordinando también con las autoridades militares de la Unión (el Comité Militar y el Estado Mayor). Desde el primer momento en el que se tomó la decisión, comenzaron los contactos del actual cuartel en Northwood con el núcleo inicial que se creó para poner en marcha el de Rota. Ya se han efectuado las primeras reuniones de coordinación y se ha elaborado un calendario de actividades que asegure que la transición se hace de una manera eficiente. —Usted ha sido segundo jefe del OHQ en Northwood, y ahora manda la fuerza desplegada ¿cambia mucho la perspectiva? —Sí que cambia, aunque el puesto de segundo jefe de la operación es lo que se podría denominar el nexo entre el cuartel general operacional y la fuerza en la mar. El comandante de la operación está normalmente más dedicado al nivel estratégico, decidiendo las grandes líneas que se deben seguir y coordinando a alto nivel con las autoridades en Bruselas, en Somalia y en los países de la EMAD zona de operaciones. El segundo jefe también participa en estas coordinaciones, pero está más en el día a día de la fuerza desplegada, lo cual me ha venido muy bien al hacerme cargo del cuartel general embarcado. En líneas generales, el cuartel en Northwood desarrolla el plan general que debe seguir la operación y dibuja a grandes rasgos los objetivos a conseguir y las prioridades, teniendo en cuenta las líneas estratégicas de Bruselas y del comandante de la operación. Al jefe de la fuerza le queda lo que en realidad nos gusta más a los marinos, planear en detalle cómo conseguir esos objetivos y dar las órdenes oportunas a las unidades de la fuerza en la mar para que esos planes se hagan realidad. V.H.M. Octubre 2018 Revista Española de Defensa 47


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