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La mujer, clave en la resolución de las guerras El presidente del Gobierno no dejó espacio para la duda. España 50 es y será un referente a la hora de reivindicar el papel de la mujer en el mundo. «Debemos erradicar todas las discriminaciones que todavía sufre la mujer, ya se llame violencia de género, trata de mujeres o mutilación genital», aseguró Sánchez en su discurso, y reclamó el compromiso de todos los Estados con la Agenda Mujer, Paz y Seguridad. Tras recordar que España siempre ha estado a la cabeza de los países que han apostado por las Naciones Unidas como el instrumento idóneo para implantar la igualdad y la dignidad en todo el planeta, anunció que ha entrado a formar parte del Círculo de Liderazgo para combatir la explotación y los abusos sexuales en las operaciones de la ONU y su compromiso para luchar por la igualdad de genero. «La gobernanza global en siglo XXI —argumentó— no puede entenderse sin el liderazgo de la mujer. Soy un político feminista. Es el tiempo de las mujeres». Esta Agenda es la piedra angular que guía y regula la actuación de la ONU y de los Estados para la defensa de la mujer y su derecho a la igualdad. Se basa en la Resolución 1325, aprobada por unanimidad del Consejo de Seguridad en el 2000, que fue la que trazó el camino al reconocer no solo que la guerra y los conflictos tienen un impacto desproporcionado y singular sobre las mujeres y los niños sino que, además, es indispensable fortalecer la presencia de las mujeres como factor clave en la prevención y la resolución de las guerras y en la construcción y consolidación de la paz. Insta, además, a los Estados a impulsar la participación de las mujeres en todos los niveles de toma de decisiones del conflicto y el post conflicto. Para ello, y en julio de ese mismo año, la Asamblea General creó ONU Mujeres, un organismo específico para luchar por la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Desde entonces, el Consejo de Seguridad ha adoptado otras ocho Resoluciones: la 1820 (en 2008;) 1888 (2009); 1960 (2010); 2106 (2013); 2122 (también en 2013), 2242 (2015); y 2272 (2016) que amplían y desarrollan la 1325. Con todo ello, las Naciones Unidas basan su Agenda Mujer, Paz y Seguridad en cuatro principios: prevención (su inclusión es fundamental para evitar guerras); participación (en pie de plena igualdad); protección de mujeres y niñas en todas las fases del conflicto; y la incorporación de la perspectiva de género en las directrices y herramientas en las operaciones de mantenimiento de la paz, en las agencias de la ONU y en programas nacionales de capacitación y adiestramiento de personal militar y policía civil de cada país. Además, la base jurídica de la Agenda determina que no solo la ONU es responsable de implementar la Resolución 1325, sino que también lo son las partes en conflicto y todos y cada uno de los Estados. Para ello, el Consejo de Seguridad exhortó en 2002 a los países a desarrollar Planes de Acción Nacionales que definan los instrumentos nacionales. España ya ha adoptado dos, el último vigente hasta el 2023, y la OTAN y la Unión Europea desarrollaron también los suyos, en 2014 y 2016, respectivamente. TRABAJO PENDIENTE Pero no se suficiente. Las palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, durante esta 73ª sesión de apertura fueron, una vez más, una llamada de atención sobre la situación de las mujeres y un reclamo para que los mandatarios de todo el planeta se impliquen más y mejor. «A finales del pasado año, 141 millones de personas se encontraban en necesidad de asistencia humanitaria. En escenarios de conflicto y post conflicto, las tasas de mortalidad materna representan casi el doble de las de proporción mundial, mientras que las niñas tienen dos veces y media más probabilidades de estar fuera del sistema escolar. Al mismo tiempo, el extremismo de características violentas está en aumento. Mujeres y niñas no solo son blanco sistemático de la violencia sexual, sino también de los reclutadores: las mujeres representan al menos el 20 y el 30 por 100 de los combatientes terroristas extranjeros». Como afirmó Pedro Sánchez «no hay mayor injusticia que aquella que define lo que un ser humano será o no en la vida dependiendo de que nazca hombre o mujer». Pepe Díaz


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