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― alférez de Infantería de Marina Bernardo Sanz López, mando interino, desde el 11 de febrero de 1897 hasta la disolución de la batería. Sus segundos comandantes fueron tan solo dos: ― alférez de Infantería de Marina ángel Pardo, hasta el 30 de mayo de 1896; ― alférez de Infantería de Marina Bernardo Sanz López, desde el 30 de mayo de 1896 hasta la disolución de la batería. Cerramos la relación, forzosamente incompleta, de los oficiales destinados en la Sección de Fuerzas Navales de la Laguna de Lanao con los nombres de los cinco contadores que tuvo: ― contador de navío Joaquín Fernández Jabre, hasta su fallecimiento, sobrevenido el 29 de septiembre de 1896; ― contador de fragata Tomás Martín Barbadillo, desde el 30 de septiembre de 1896 hasta el 10 de febrero de 1897; ― contador de fragata Emilio Peláez y Rodríguez, desde el 10 de febrero de 1897 hasta el 11 de diciembre de 1897; ― alférez de navío Alfredo Pardo y Pardo, mando interino y compartido con el de la cañonera General Blanco, desde el 11 de diciembre de 1897 hasta el 11 de febrero de 1898; ― contador de fragata ángel María Brandariz y Millán, desde el 11 de febrero de 1898 hasta el final. Desde el combate de Cavite hasta el final El 1 de mayo de 1898 tuvo lugar el desastre de Cavite, con la destrucción de la escuadra mandada por el almirante Montojo. Pero en la laguna de Lanao la actividad militar y naval no se interrumpió, sino que siguió su curso y los cañoneros continuaron con sus tareas habituales: las acciones contra las cottas, los cruceros diarios de vigilancia de la laguna, la captura de vintas, etc. En tierra también prosiguieron las obras en las instalaciones de la estación naval de Marahui. Es obligado reseñar que estas tareas eran realizadas por el personal de la Sección, marineros e infantes de marina. Es cierto que desde ese momento empezó a deteriorarse el escenario de la Sección. Por falta de fondos, no se podía pagar a las dotaciones, que llegaron a acumular retrasos en sus pagas de hasta nueve meses, y había problemas para adquirir los víveres para su alimentación. Faltaba también personal; sirva como ejemplo que en mayo de 1898 los botes cañoneros quedaron sin dotación fija, y solo se les asignaba personal para operaciones específicas. Todo esto se acentuó a partir del 13 de agosto de 1898, cuando Manila se rindió a las fuerzas norteamericanas. Ello provocó que empezara a haber 24 SUPLEMENTO N.º 28 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 142


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