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El 26 de abril de 1904 todo estaba listo y, tras los correspondientes trabajos, el 19 de julio comenzó el reflotamiento de la Almonte, que salió a la superficie el 3 de agosto del citado año. El 31 de diciembre ya estaba realizando sus pruebas de mar. Para intentar reflotar la Lanao hubo que realizar antes el rescate de una de las tres chalanas ―recordemos que estaban cargadas con materiales―, ya que impedía la operación. El 25 de septiembre la Lanao estaba a flote, y el 1 de noviembre de 1904 quedaba preparada para realizar sus pruebas operativas. En diciembre de 1905, el 15.º Regimiento sustituyó al 22.º de Infantería, y desde ese momento no se dispuso de informaciones tan amplias como las del periodo anterior. Entre 1905 y 1906 se reflotaron las otras dos chalanas, que se utilizaron para poder extraer del fondo el General Blanco y el Corcuera. En conjunto, el Ejército norteamericano consiguió reflotar y reutilizar tres de los cuatro cañoneros españoles de la laguna de Lanao. Solo pudo poner en servicio la Lanao, la General Blanco y la Almonte, así como las tres chalanas que habían sido hundidas cargadas de materiales. La lancha cañonera Corcuera fue reflotada, pero presentaba daños importantes en el timón y en la hélice, daños que hacían imposible su reparación y activación con los medios disponibles en Marahui, por lo que quedó abandonada. Hay que recordar que el resto de las unidades españolas (lanchas cañoneras y botes) habían sido destruidas, desfondándolas y hundiéndolas, al producirse la retirada de la laguna. Es de destacar la calidad de construcción de las unidades. Tras seis u ocho años de estar sumergidas, todo lo que precisaron para entrar de nuevo en servicio fue una limpieza a fondo de barro y lodo, alguna labor de mantenimiento, engrase y puesta a punto, rascar la pintura antigua, repintar y encender los fuegos de las calderas. Es indudable que la inmersión en aguas dulces, como las de la de la laguna, es menos nociva que en agua de mar. La Lanao fue rearmada con un cañón automático Vickers Maxim de 37 mm. Por su parte, a la General Blanco se le montaron un cañón de tiro rápido de 42 mm en proa, otro automático Vickers Maxim de 37 mm en popa y cinco ametralladoras Maxim de 7,62 milímetros. Con la Flake y las embarcaciones de origen español, la Armada norteamericana realizó, durante varios años, las mismas funciones que desempeñaba la Sección de las Fuerzas Navales de la Laguna de Lanao. Los estadounidenses llevaron a cabo con estas unidades el mismo tipo de misiones que se han señalado anteriormente en al apartado referente al periodo español de 1894-1898. Es importante resaltar que existe información gráfica demostrativa de que los norteamericanos conservaron los nombres de la Lanao y de la Almonte, circunstancia que no se da en el caso de la General Blanco. A medida que se fue controlando la isla de Mindanao, disminuyó la necesidad de estas unidades. En 1913 algunas pasaron bajo control civil, manteniéndose las últimas operadas por el Ejército norteamericano hasta 1918, con el final de la primera guerra mundial. Año 2018, SUPLEMENTO N.º 28 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 142 37


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