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EL TENIENTE GENERAL JOSÉ DE ROJAS Y RECAÑO ANGULO, PRIMER CAPITÁN ... Año 1787..................................23 Año 1788..................................17 Año 1789..................................26 Año 1790..................................18 TOTAL 415 Fuentes ANC, caja 2992. Libro maestro de la Compañía de Guardias Marinas de Cartagena 1; ANC, PIA, G-5, libro 17. Transporte de los Guardias Marinas que pasan al Departamento de Cartagena, para la formación de su Compañía en él. La construcción naval en Cartagena y el ingeniero Gautier Tan solo han pasado unos años de la dolorosa impresión, recogida anteriormente, que le produjo a un viajero inglés la visita al arsenal, cuando nos confirma esta situación un informe que la junta del departamento emite para cumplimentar la real orden de 19 de agosto de 1777, en la que se previene remita noticia «circunstanciada del tiempo de trabajo, y descanso de los sentenciados a las bombas en cada 24 horas; que prest, y alimento se les da» (54). Sin embargo, otro viajero de nacionalidad francesa y diplomático, Juan Francisco Peyron, ve la citada instalación como un lugar inmenso que contiene todas las comodidades deseables para facilitar el armamento y la construcción de un navío. En él todo está tan a la mano que un barco de línea es fácilmente armado y equipado en tres días. Construido a orillas del mar, sus aguas llegan, según el deseo del constructor, a llenar los soberbios diques que sirven de fábricas, y el barco construido va por sí mismo a meterse en el mar (54)  En efecto: el mismo comandante general expone el parecer que él mismo ha formado, exponiendo a S.M. «que no es comparable en modo alguno con los demás trabajos ordinarios del Arsenal el excesivo de las bombas; que a este lo considera por el mayor castigo que puede imponerse a la humanidad, y a los mas horrendos delitos de los hombres; que en este Arsenal es mucho más pesado que en el de Ferrol pues no habiendo aquí marea como allí, y en otros puertos de Europa, se hace todo el desagüe a fuerza de bombas, a que se agrega la especialísima circunstancia de ser incesante de día y noche el trabajo con motivo de la continuada filtración de las aguas que causa la calidad del terreno. Que con todos estos antecedentes, y la experiencia de que muchos de los delincuentes sentenciaos a estas bombas, no llegan a cumplir sus condenas, porque mueren a la mitad, o antes de la carrera del tiempo porque se les confina, y otros se inutilizan arrojando sangre por la boca; ha graduado siempre, y gradúa este trabajo por excesivo, sin comparación al de los ordinarios del Arsenal, pues los sentenciados a estos últimos, lo pasan bastante bien, respecto a que la ración que se les da; siendo como es la misma que se suministra a los de bombas, excepto el cuartillo de vino que tienen los de estas, es muy suficiente» y proponiendo «que a los presidiarios de bombas se les aumentase sobre la ración que gozan, media libra de pan a cada uno todos los días, y que cada domingo se les diese a cada uno media libra de carne fresca». ANC, LAJD, t. 5, sesión de 30 de julio de 1777. Año 2018 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 81


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