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TEMAS GENERALES origen apenas sin sujeción a normas y principios económicos, ni nacionales ni internacionales. Este peligroso proceso de dominio de centros de poder sin ninguna regularización está por encima de las competencias de los estados soberanos. Para alcanzar esta fase de la multinacionalidad, que posiblemente sea la última, los grandes centros de poder económico han pasado de utilizar las empresas multinacionales haciéndolas «megamultinacionales», con mucho más poder económico y social que trata de permanecer oculto en los propios estados en los que operan. Han traspasado fronteras, no solamente terrestres, marítimas y aéreas, sino que han llegado al espacio ultraatmosférico hasta llegar al ciberespacio, ocupándolo sin someterse a ninguna regla ni control. Esa «nube», como se le conoce al archivo mundial de la información, que es poder, no está sometida a ninguna ley. Las megamultinacionales influyen en la política con su intervención en las elecciones presidenciales o legislativas de muchos países. También en la economía y en los mercados internacionales. La ingeniería financiera que manejan hace que les sea posible evadir impuestos en muchos de los estados en los que operan, buscando otros de baja fiscalidad donde establecer su domicilio social y fiscal. Empresas como Google, Facebook o Amazon, por citar solamente tres, llevan a cabo la evasión de impuestos en cuantías superiores a los 100.000 millones de dólares. A veces son acusadas por algunos gobiernos de este fraude fiscal, pero o bien pagan la sanción económica o bien la recurren ante instancias superiores y siguen operando con normalidad. Es en definitiva la globalización que a todos nos afecta y que está originando una creciente inquietud debido al declive generalizado del estado del bienestar en la mayoría de los países occidentales con asistencias sociales que requieren un mayor compromiso de los gobiernos, como han puesto de manifiesto recientemente el presidente Macron y la canciller Merkel con el objetivo de frenar la actividad de las megaempresas en los paraísos fiscales y las prácticas generalizadas que utilizan, basadas en la ingeniería financiera, para eludir el pago de los impuestos. La gran complejidad de las operaciones globales de las megamultinacionales —junto a la ayuda que les prestan las cuatro grandes consultoras (también multinacionales, KPMG, Deloitte, Ernst & Young, PWC) que crean y les venden estructuras societarias que separan la tributación de las ganancias de los territorios y países donde de verdad se desarrolla su actividad— llega a tales extremos que tanto el Fondo Monetario Internacional como la OCDE han reconocido que no son capaces de operar con su actual estructura, de controlar ni regular la actividad y la fiscalidad de estas corporaciones megamultinacionales. Los expertos han calculado que su evasión fiscal alcanza la friolera de 500.000 millones de dólares al año. Por ello Sundar Pichai, director ejecutivo de Google, sostenía este año en el Foro de Davos que serían más felices pagando más impuestos. 670 Noviembre


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